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Voto de Dexter Bernaldez:
3
Thriller. Intriga A Slevin la vida no le va nada bien: después de perder su trabajo y que su casa sea declarada en ruinas, encuentra a su novia con otro en la cama. Desesperado, decide irse de Los Ángeles una temporada y alojarse en el apartamento que un amigo tiene en Nueva York. Pero la auténtica pesadilla de Slevin empezará cuando se vea involucrado en el sórdido mundo de la mafia neoyorquina. Los dos gánsteres más respetados y temidos de la ciudad, ... [+]
11 de diciembre de 2008
8 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mala, muy mala película. El guionista, no contento con tomar al público por gilipollas (estorban muchas explicaciones; parece la adaptación del diccionario) también lo tacha de inculto y se queda más ancho que largo. ¿Qué pensaría este mangarrián? ¿Que ninguno hemos visto "Sospechosos Habituales" o cualquiera de sus imitadoras? Vaya tonto del culo. Además, hay un momento en que la suspensión de incredulidad llega a ser tan alta que, a su lado, hasta disparates guionísticos del tamaño de "Payback" resultan comedidos e ingeniosos. Claro, que fácil cuando tu papi es Hannibal el Caníbal y te echa un cable. Así cualquiera.

De todas maneras, lo comido por lo servido. El truño Slevin no sería lo que es, o nunca será lo que pretende, sin la ayuda inestimable de Paul McGuigan, discípulo aventajado de David Lynch... en su chulería y prepotencia con la cámara, que no en la creación de atmósferas. Increíble; una cosa es contratar a ineptos sin vergüenza ni carisma para sus jueguecitos de salón, tipo Josh Hartnett o Matthew Lillard, pero jamás entenderé cómo consiguió reclutar en la misma cinta a Morgan Freeman, Ben Kingsley y Bruce Willis, gente a la que se supone un mínimo de tablas. Supongo que les prometió limpiezas de katana gratuitas por cortesía de Lucy Liu. Me gustó mucho la escena en que aparece con faldita a cuadros.

Sin duda estamos ante un filme superior a "Obsesión" (Wicker Park), dónde vamos a parar, por la sencilla razón de que la anterior peli de McGuigan es una de las mayores atrocidades perpetradas con el señor Cinematógrafo. Pero dicha circunstancia no evita que Lucky Number Slevin resulte otra oda a la superficialidad, a la exaltación de la forma en detrimento masivo del contenido. En estas ocasiones, me pongo del lado de José Luis Rojeras-Cuerda cuando afirma: “Me sobran directores que marcan paquete con la cámara”. Ruido ensordecedor para media nuez.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Dexter Bernaldez
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