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Voto de Dexter Bernaldez:
2
5,7
54.924
Ciencia ficción. Acción
Dos razas de robots extraterrestres transformables (los villanos "decepticons" y los amistosos "autobots") llegan a la Tierra en busca de una misteriosa fuente de poder. En la guerra que estalla entre las dos razas, los hombres toman partido por los "autobots". Sam Witwicky (Shia LaBeouf), un avispado adolescente, que sólo desea conquistar a la bella Mikaela (Megan Fox), se convierte en la clave de una guerra que puede destruir a la humanidad. (FILMAFFINITY) [+]
22 de mayo de 2008
31 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puntos fuertes:
- El pelucón de Michael Bay. Ya sé que no sale en la peli, pero si lo buscamos en google, no podemos más que admirar esta frondosa mata de pelo y su sorprendente capacidad para no caerse (nótese la ironía). Debajo no hay lo que se diga un cerebro “privilegiado”, pero bueno, cosas de Hollywood.
- Bay confirma, a través de sus héroes, algo que muchos imaginábamos: los yanquis en su totalidad, de la A a la Z, del presidente al último mono, son gilipollas del culo. Barack Obama, I want to believe!
- El trailer. De lo bueno, lo mejor, y de lo mejor, lo superior. Cualquier parecido entre el mismo y la película estrenada en cines resulta mera coincidencia. Tengo ganas de ver más trabajos del tipo al que se lo encargaron; darle tiempo, que se convertirá en el próximo Kubrick.
- Los FX dan para algún fondo de pantalla chulo. La isla paradisíaca en el Pacífico ya está empezando a rayarme.
Puntos débiles:
- Paradójicamente, también los FX, auténtica arma de doble filo. Y es que aquí los efectos especiales parecen una simple excusa para lucimiento de sus artífices y/o para justificar el abultado presupuesto, en lugar de desempeñar una verdadera función narrativa. Por otra parte, en ningún momento hay sensación de realidad, de algo corpóreo que se pueda tocar. Los enormes robots siguen actuando y desplazándose, mal que les pese, como viejos dibujos animados.
- El pelucón de Michael Bay. Ya sé que no sale en la peli, pero si lo buscamos en google, no podemos más que admirar esta frondosa mata de pelo y su sorprendente capacidad para no caerse (nótese la ironía). Debajo no hay lo que se diga un cerebro “privilegiado”, pero bueno, cosas de Hollywood.
- Bay confirma, a través de sus héroes, algo que muchos imaginábamos: los yanquis en su totalidad, de la A a la Z, del presidente al último mono, son gilipollas del culo. Barack Obama, I want to believe!
- El trailer. De lo bueno, lo mejor, y de lo mejor, lo superior. Cualquier parecido entre el mismo y la película estrenada en cines resulta mera coincidencia. Tengo ganas de ver más trabajos del tipo al que se lo encargaron; darle tiempo, que se convertirá en el próximo Kubrick.
- Los FX dan para algún fondo de pantalla chulo. La isla paradisíaca en el Pacífico ya está empezando a rayarme.
Puntos débiles:
- Paradójicamente, también los FX, auténtica arma de doble filo. Y es que aquí los efectos especiales parecen una simple excusa para lucimiento de sus artífices y/o para justificar el abultado presupuesto, en lugar de desempeñar una verdadera función narrativa. Por otra parte, en ningún momento hay sensación de realidad, de algo corpóreo que se pueda tocar. Los enormes robots siguen actuando y desplazándose, mal que les pese, como viejos dibujos animados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
- Empezar la función con una de las escenas más espectaculares, siempre me ha parecido una estupidez como un piano. Lo llamo “Síndrome Rondador Nocturno en X-Men 2”: de nada sirve si no vas a ofrecer después algo que esté como mínimo a la altura. Transformers no es el caso, y la soporífera traca final constituye prueba irrefutable de lo que digo.
- Los 10.000 chistes horrendos que no hacen ni puta gracia. Especial vergüenza me produjo la madre que pregunta al hijo por sus actividades masturbatorias. Si el culmen de la comicidad se encuentra en el personaje de John Turturro, o en perlas del tipo “mi sentido arácnido detecta que el macho quiere aparearse con la hembra”, sólo queda echarse a llorar.
- Ay, Optimus, Optimus… ni aposta podrías tener menos carisma. Ni siquiera Megatrón, malo requetemalo, distrae nuestra atención sobre el tedio argumental y la monotonía pirotécnica. Únicamente el Camaro en los primeros minutos logra que simpaticemos con alguna de estas máquinas, gracias a su habilidad como Dj en el cortejo a Megan Fox. Tendría que haber sido él, en vez del capullo de Shia LeBufón, quien se la hubiera ligado.
- Pero lo que sin duda más me fastidia, el mayor punto débil que se le puede achacar a esta cinta, es la convicción planetaria de que con semejante material de partida “no se podía esperar otra cosa”, opinión compartida por muchos usuarios de filmaffinity y otras webs. Pues no, oigan, su naturaleza de blockbuster basado en una serie de dibujos no justifica el todo vale. No es una patente de corso para filmar un guión con más agujeros que el queso de gruyere. Tomemos como ejemplo "Soy leyenda"; sin apartarse del puro espectáculo, en ella encuentro contención en las formas y cuidado en el desarrollo de los personajes, aspectos ambos que Transformers rechaza sistemáticamente, incluso orgullosamente. Bay sigue el camino inverso al iniciado con "La isla", desevolucionando hacia territorios cada vez más pueriles. ¿O somos todos los demás los que nos retrotraemos al estado simio? Mientras que la isla se hundió en taquilla, los mecanos no dejaron títere con cabeza. Inquietante, muy inquietante…
- Los 10.000 chistes horrendos que no hacen ni puta gracia. Especial vergüenza me produjo la madre que pregunta al hijo por sus actividades masturbatorias. Si el culmen de la comicidad se encuentra en el personaje de John Turturro, o en perlas del tipo “mi sentido arácnido detecta que el macho quiere aparearse con la hembra”, sólo queda echarse a llorar.
- Ay, Optimus, Optimus… ni aposta podrías tener menos carisma. Ni siquiera Megatrón, malo requetemalo, distrae nuestra atención sobre el tedio argumental y la monotonía pirotécnica. Únicamente el Camaro en los primeros minutos logra que simpaticemos con alguna de estas máquinas, gracias a su habilidad como Dj en el cortejo a Megan Fox. Tendría que haber sido él, en vez del capullo de Shia LeBufón, quien se la hubiera ligado.
- Pero lo que sin duda más me fastidia, el mayor punto débil que se le puede achacar a esta cinta, es la convicción planetaria de que con semejante material de partida “no se podía esperar otra cosa”, opinión compartida por muchos usuarios de filmaffinity y otras webs. Pues no, oigan, su naturaleza de blockbuster basado en una serie de dibujos no justifica el todo vale. No es una patente de corso para filmar un guión con más agujeros que el queso de gruyere. Tomemos como ejemplo "Soy leyenda"; sin apartarse del puro espectáculo, en ella encuentro contención en las formas y cuidado en el desarrollo de los personajes, aspectos ambos que Transformers rechaza sistemáticamente, incluso orgullosamente. Bay sigue el camino inverso al iniciado con "La isla", desevolucionando hacia territorios cada vez más pueriles. ¿O somos todos los demás los que nos retrotraemos al estado simio? Mientras que la isla se hundió en taquilla, los mecanos no dejaron títere con cabeza. Inquietante, muy inquietante…