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España España · Palafrugell
Voto de cinefiloman:
9
Comedia. Drama Verano de 1910. Varios turistas han desaparecido en las playas de Costa Canal, y los inspectores Machin y Malfoy descubren que el epicentro de estas misteriosas desapariciones es la Bahía Slack, lugar donde el río Slack y el mar se unen sólo durante la marea alta. Es en esa zona donde vive una pequeña comunidad de pescadores como la familia Bréfort, liderada por el padre al que apodan “El Eterno”, quién hace lo que puede con sus ... [+]
8 de agosto de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película se proyectó en España bajo el título “La Alta Sociedad”, cuando su título era el nombre de uno de los personajes principales. Si el director hubiera querido que se titulase “la alta sociedad” la hubiera intitulado “La Haute Societé”, pero no, la tituló de otra manera. Pues en España pasando. En fin.
Algunas películas se están convirtiendo en propuestas artísticas en la que lo que menos importa son las normas o reglas estéticas, argumentales al uso del cine o por lo menos tienen un papel secundario.
El director busca una creación personal, lo más personal posible, en la que lo que prima es la satisfacción creativa de la artista. En la que se busca no ser nada complaciente con el espectador, en la que se plantean juegos de adivinanzas, extrañezas varias, se manifiestan influencias nada enmascaradas de otros directores, invitando al que contempla la historia a disfrutar de otros sabores además del esperado. Como en platos tradicionales en los que el cocinero introduce ingredientes inesperados, sabores asonantes, y en los que la estética juega un papel muy importante.
En este film se narra la historia de amor entre dos jóvenes pertenecientes a clases sociales diferentes y sucede al lado de la desembocadura de un río. Una historia que discurre paralela con la extraña desaparición de turistas.
Si les digo que hay incestos, transexualismo, canibalismo y les añado que hay una cierta estética impresionista en la fotografía, que hay referencias al mundo pictórico de Chagall y que un par de policías son el gordo y el flaco, además de ofrecer todos los personajes unos comportamientos grotescos (Amelie y su estética al canto), tendrán ustedes los ingredientes de un plato que no se imaginan como puede saber.
Olvídense del guión, de las interpretaciones, fotografía como se olvidan del sabor dulce, amargo, agrio, salado en la nueva cocina.
Vayan a este cine con el mismo espíritu que van a un menú degustación. No se emocionaran ni se divertirán y desde luego no se aburrirán en ningún momento, la película no da tregua.
Se reirán pero no es una comedia y habrá escenas trágicas y casi “gores” pero no es una tragedia.
Un universo absurdo contado como si fuese neorrealismo o algo así. Merece mucho la pena verla.
cinefiloman
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