Seré breve: el señorito Refn se marca un hat-trick con esta trilogía criminal de los suburbios de Copenhague. Brutales las tres películas, pero especial mención a la primera y la tercera. Si la primera era una contrarreloj desasosegante, vibrante, claustrofóbica y que engancha como una droga, en esta la película que cierra la trilogía se vuelve a salir con una de sus mejores películas.

Casi toda la trama transcurre en un día, girando en torno a la fiesta de cumpleaños de la hija de Milo. Aparecen mil problemas in crescendo, hasta el clímax. No apto para sensibles ni delicados, el que avisa no es traidor. Es bastante fuerte.

Peliculón que, al contrario de lo habitual, no solo empieza bien, si no que en el transcurso de los minutos mejora progresivamente como el buen vino. Recomendable.