Con un primer plano de Laura se inicia una de los juegos de plano-contraplano más sugerentes como concepto. Si bien puede resultar una tontería, la idea me fascina.

Comencemos: Laura ha recibido malas noticias y ahora se encuentra abriendo la puerta del dormitorio de su madre, sin saber con que se encontrará al otro lado.

1. La cámara la enfoca a ella (plano).
2. La cámara enfoca lo que ella ve; el interior de la habitación (contraplano).
3. La cámara vuelve a Laura (plano).
4. La cámara, una vez más, enfoca la habitación (contraplano). Y aquí la magia. Laura se cuela en este contraplano. Se cuela en lo que, en un inicio se da a entender, ella esta viendo. Un casi juego onírico, en el que ella se observa a si misma.

Me resulta difícil saber si es fruto de la casualidad, una herramienta dramática del propio Oti o algo que ni siquiera esta escondido ahí. La verdad poco importa, una vez planteado, me cuesta pasar por alto este acto de fantasía.