Media votos
5,7
Votos
1.038
Críticas
35
Listas
10
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Maese Huvi:
8
7,3
1.536
Terror. Drama. Fantástico
Una mujer y su nuera son atacadas y violadas por un grupo de samuráis, que las asesinan cuando prenden fuego a la cabaña en que ellas viven. Poco después, dos mujeres muy parecidas a las muertas entran en escena, atrayendo a samuráis solitarios hasta su casa con oscuras y vengativas intenciones. (FILMAFFINITY)
15 de mayo de 2008
44 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yabu no naka no kuroneko (o Kuroneko a secas) es una película que se suele incluir dentro del género fántastico o de terror (género que tan bien se les da a los japos), pero va mucho más allá. Es una reflexión sobre temas como el amor, el perdón, la lealtad, la situación de la mujer o la violencia. Aunque aparezcan de forma sutil dentro de la trama misteriosa de la película, estos temas y la reflexión sobre ellos, recorren toda la película y son lo que la hace trascender por encima de la mayoría de las de su género.
La primera escena es magistral y nos introduce al peculiar mundo de Shindô, en el que el tiempo y el espacio tienen una relación y un ritmo distintos a los habituales. La película comienza con un plano en el que se ve llegar a un grupo de samurais a una casa en la que viven una mujer y su nuera, violándolas y asesinándolas, hechos que intuimos, pero que no llegamos a ver. Se evitan las imágenes truculentas de la violación y el asesinato, pero todo el horror de los hechos está ahí, reflejándose en los rostros grotescos de los samurais riendo mientras las mujeres son violadas.
La primera escena es magistral y nos introduce al peculiar mundo de Shindô, en el que el tiempo y el espacio tienen una relación y un ritmo distintos a los habituales. La película comienza con un plano en el que se ve llegar a un grupo de samurais a una casa en la que viven una mujer y su nuera, violándolas y asesinándolas, hechos que intuimos, pero que no llegamos a ver. Se evitan las imágenes truculentas de la violación y el asesinato, pero todo el horror de los hechos está ahí, reflejándose en los rostros grotescos de los samurais riendo mientras las mujeres son violadas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Las dos mujeres asesinadas se convierten en bakenekos, espíritus que adoptan la forma de gatos negros y que se dedican a atraer a samurais hacia una casa para asesinarlos como venganza. Las mujeres se vengan de sus asesinos convirtiéndose en una especie de súcubos ultrafeministas (como si fuesen unas antepasadas japonesas de Valerie Solanas asesinando al macho violador) que atraen a los hombres para luego acabar con ellos. Confluyen aquí dos líneas de la película: por un lado el antimilitarismo y la crítica de la violencia y del poder de la fuerza (dos inocentes mujeres diezman a los samurais de la zona) y por otro el feminismo y la cuestión de la liberación de la mujer (aunque aquí podría discutirse cuál es la postura de Shindo, que parece jugar a dos bandas: comprensión del sufrimiento de la mujer y rechazo a la venganza), cuando las mujeres violadas se toman la revancha desde el otro barrio, eliminando a todo varón que encuentran, culpabilizándolos de su violación y ejecutando su justicia de género.
La más joven de las mujeres es la encargada de ejecutar la sentencia, con la complicidad de su suegra, que adopta el papel de su madre (complicidad y unión de las mujeres frente a su enemigo hasta crear un vínculo que se equipara al de la sangre). Algunas de las escenas de las mujeres cumpliendo su venganza tienen una fuerza expresiva (y erótica) potentísima, como una en la que se lanza a la yugular del samurai cual vampiro sediento de sangre.
Un samurai recibe el encargo de acabar con los dos espíritus. Se trata del hijo y marido de las mujeres, que enseguida las reconoce pero que no puede creer lo que ven sus ojos. Todo cambia entonces. Las mujeres se cuestionan su acción justiciera. ¿Cómo pueden matarle también a él? ¿También él es el culpable? Sí, en la medida en que las abandonó para ir a la guerra y es responsable como hombre de la violencia hacia la mujer. Pero su amor por él también cuenta. Y ese amor y respeto que siente hacia ellas es lo que al final prevalece por encima de su responsabilidad como hombre respecto de la violencia hacia la mujer. Así pues, le perdonan la vida, pero pagando un alto precio por ello. Al renunciar a ejecutar la venganza en la figura del hijo/marido que regresa de la guerra el hechizo se rompe y las mujeres se condenan, debiendo regresar al otro mundo, condenándose por amor para salvarle a él, que a su vez reflexiona y cuestiona su papel de samurai, de soldado, de hombre que vive de y en la violencia y cómo ésta destruye aquello que más se ama. ¿Un final conservador en tanto que las mujeres renuncian a cumplir su venganza o un final dialéctico en el que el hombre comprende su papel en la explotación de la mujer y decide actuar en consecuencia? En todo caso, la violencia se muestra como necesaria para la acción liberadora como respuesta a una situación de opresión y violencia continua por parte del poder (tanto del estrictamente militar de los samurais como del que ejercen en tanto hombres sobre la mujer).
La más joven de las mujeres es la encargada de ejecutar la sentencia, con la complicidad de su suegra, que adopta el papel de su madre (complicidad y unión de las mujeres frente a su enemigo hasta crear un vínculo que se equipara al de la sangre). Algunas de las escenas de las mujeres cumpliendo su venganza tienen una fuerza expresiva (y erótica) potentísima, como una en la que se lanza a la yugular del samurai cual vampiro sediento de sangre.
Un samurai recibe el encargo de acabar con los dos espíritus. Se trata del hijo y marido de las mujeres, que enseguida las reconoce pero que no puede creer lo que ven sus ojos. Todo cambia entonces. Las mujeres se cuestionan su acción justiciera. ¿Cómo pueden matarle también a él? ¿También él es el culpable? Sí, en la medida en que las abandonó para ir a la guerra y es responsable como hombre de la violencia hacia la mujer. Pero su amor por él también cuenta. Y ese amor y respeto que siente hacia ellas es lo que al final prevalece por encima de su responsabilidad como hombre respecto de la violencia hacia la mujer. Así pues, le perdonan la vida, pero pagando un alto precio por ello. Al renunciar a ejecutar la venganza en la figura del hijo/marido que regresa de la guerra el hechizo se rompe y las mujeres se condenan, debiendo regresar al otro mundo, condenándose por amor para salvarle a él, que a su vez reflexiona y cuestiona su papel de samurai, de soldado, de hombre que vive de y en la violencia y cómo ésta destruye aquello que más se ama. ¿Un final conservador en tanto que las mujeres renuncian a cumplir su venganza o un final dialéctico en el que el hombre comprende su papel en la explotación de la mujer y decide actuar en consecuencia? En todo caso, la violencia se muestra como necesaria para la acción liberadora como respuesta a una situación de opresión y violencia continua por parte del poder (tanto del estrictamente militar de los samurais como del que ejercen en tanto hombres sobre la mujer).