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Voto de Fran Romgue:
8
Comedia Vicent, cuarentón y triunfador, va a ser padre por primera vez. Invitado a cenar a casa de Élizabeth y Pierre, su hermana y su marido, se encuentra con Claude, un amigo de la infancia. Mientras esperan a Anna, la joven esposa de Vincent, entre el buen humor le hacen preguntas sobre su próxima paternidad. Pero cuando le preguntan si ya ha elegido un nombre para el niño, su sorprendente respuesta provoca el caos. (FILMAFFINITY)
14 de octubre de 2012
39 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos comprenderán por qué es tan temida la llegada de determinadas épocas del año, repletas de festividades, en las que las familias se reúnen en su totalidad para celebrar cualquier evento social universal, véase la Navidad. También comprenderán que, ausentes de contacto durante todo un año, algunos miembros de la familia tienen más bien pocas cosas en común y muchas en discordia. Esto convierte algunas de estas reuniones en auténticas bombas de relojería (esperemos que no sea su caso) en las que el más mínimo comentario puede hacer estallar toda una serie de rencores, patrañas y resquemores que, guardadas bajo la máscara de la convivencia familiar, pero a flor de piel, terminan por salir a la luz. No son, pues, pocos los casos (reales) en los que alguna fuerza del orden debe intervenir en las mencionadas fechas.

Pues bien, "El nombre" tiene mucho y nada de esto. Un grupo de amigos se reúnen en el piso de un matrimonio, perteneciente a éste, para disfrutar recíprocamente de su compañía, como suelen hacer. Todo se desarrolla entre risas, con total normalidad, hasta que uno de ellos, el narrador y protagonista, revela el nombre del hijo que va a tener dentro de muy poco, con su reciente esposa. Y, a partir de ahí, todo es magia. La cena se va desarrollando y los diálogos se suceden magistralmente en una diégesis tan creíble como desternillante, culminando en una escena que no les relataré pero absolutamente memorable. Como ven, algo similar a lo que les contaba al principio. La diferencia: esa mencionada tensión inicial no existe y todo se produce en un ambiente de amistad y absoluta relajación y armonía. Son un grupo de amigos heterogéneo, sí, con distintas personalidades y opiniones en muchos aspectos, pero sólidamente conjuntado. Todo se desarrolla desde un pequeño comentario que terminará resultando en algo que nadie, ni personajes ni espectador, podía esperar.

En contra de lo que han versado muchas opiniones, "El nombre" no es en absoluto una copia de "Un dios salvaje" (película anterior similar en su vertiente teatral, en la situación de su argumento y también francesa) sino un trabajo superior en todos los aspectos. Tiene más personajes, lo que le da una complejidad argumental mucho mayor, y éstos están fantásticamente definidos, siendo partícipes de una profundidad, una verosimilitud y un carisma magistralmente retratados en pocos minutos de cinta. La carga humorística es mucho mayor con diferencia y no es, en apariencia, un relato tan ácido como el de "Un dios salvaje", aunque eso no le quita drama alguno y lo hace aún más humano. La perfecta interpretación de los actores y la mordaz, culta y ágil pluma de su desarrollo terminan de definir una grandísima película, tal vez sólo criticable por algunos puntos en los que el montaje se atasca un poco.

En "El nombre" el cine aporta al teatro la multiplicidad de visiones y los rápidos saltos temporales, terminando de complementar lo que es ya de por sí una historia memorable. El resultado de la síntesis de estas dos artes (que son capaces de compensar otra completamente inexistente, la música) es impagable. Una maravilla.
Fran Romgue
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