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Voto de AngelsRup:
5
6,3
26.287
Drama. Romance
Cuando el escritor Mateo Blanco (Lluís Homar) viajaba con Lena (Penélope Cruz), la mujer de su vida, sufrió un accidente de coche que lo dejó ciego. Harry Caine es el pseudónimo con el que firma sus trabajos literarios. Como director de cine usa, en cambio, su nombre real. Harry Caine vive de los guiones que escribe gracias a la ayuda de Judit García (Portillo), su antigua y fiel directora de producción, y de Diego (Tamar Novas), el ... [+]
24 de marzo de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película tediosa que incluye escasas pinceladas almodovarianas rodeadas de la suprema belleza de Penélope.
Sales del cine con una rara sensación en el cuerpo, similar a la decepción aunque sin llegar a ella. Sin haber disfrutado realmente del conjunto de la película, pero con el deleite de algunos momentos soberbios.
Encuentras a faltar esos toques de ingenio de la firma del director manchego. Ausencia total sólo rota por el vestuario de Pe, cuidado y adaptado a los 90, su colorido, la fotografía (excelente en interiores, en la ciudad, en las“postales”de Lanzarote), además de la posición de la cámara en general.
Escasos toques de humor (Machi-magdalena, Homar-mamada versus besos, Dueñas leyendo labios) logran reatrapar en la historia al espectador, que se ha evadido ya entre bostezos y acomodos de espalda en la butaca.
La película se inicia con DOS insulsos títulos de crédito en blanco y negro.
Una mente perversa pensaría qué pretencioso es Pedro, realzando lo importante del film en esos únicos títulos:“su”título,“su”guión y“su”dirección… el resto de nombres quedan para el final, proyectados, como él bien sabe, cuando la gran parte del público(borreguil) se levanta e impide ver la pantalla al público(cinéfilo) que se mantiene sentado en la butaca hasta que la película acaba realmente.
Una mente irónica pensaría que es preferible que los títulos de crédito no muestren todo el elenco de famosillos que hacen cameos en la película, reparto que parece sacado de un casting hecho a las puertas de al salir de clase o serie televisiva similar.
A una mente ingenua le bastaría con los nombres de los actores principales (Pe, Homar, Portillo, J.L.Gomez), dando a las letras ese colorido, movimiento e imaginación al que nos tiene habituados el gran Pedro, dejando para el final el montón de actorcillos invitados que engordarán su cv y su caché diciendo que han sido “chicas Almodóvar”.
En la música, se echa de menos esa habitual cuidada selección de canciones que después de disfrutar en el film, tenías ganas de buscar en CD para engrosar tu discoteca particular. En esta ocasión un par de bonitos temas y nada más… nada de recuperación de coplas en desuso, nada de voces vibrantes, nada nuevo, nada antiguo… en linea con el resto de la película.
Los flashbacks, qué lástima que no se usen para tejer una maraña en la que te sumerjas y mantenga alerta a tus neuronas, dando vueltas sobre su resolución. En esta ocasión no te sientes partícipe, se pierde la complicidad con aquel espectador que disfruta cavilando durante el visionado. Por el contrario, el recurso de“adelante-atrás en el tiempo”es predecible, no te pierdes ni por un segundo, te distancia del film, la historia te va llevando de la mano como si fueras un niño bobalicón que necesita que explicación para todo… que monotonía!!!
Por otro lado, resaltar la labor de Penélope en toda su actuación, además de estar espectacular. (sigue en spoiler)
Sales del cine con una rara sensación en el cuerpo, similar a la decepción aunque sin llegar a ella. Sin haber disfrutado realmente del conjunto de la película, pero con el deleite de algunos momentos soberbios.
Encuentras a faltar esos toques de ingenio de la firma del director manchego. Ausencia total sólo rota por el vestuario de Pe, cuidado y adaptado a los 90, su colorido, la fotografía (excelente en interiores, en la ciudad, en las“postales”de Lanzarote), además de la posición de la cámara en general.
Escasos toques de humor (Machi-magdalena, Homar-mamada versus besos, Dueñas leyendo labios) logran reatrapar en la historia al espectador, que se ha evadido ya entre bostezos y acomodos de espalda en la butaca.
La película se inicia con DOS insulsos títulos de crédito en blanco y negro.
Una mente perversa pensaría qué pretencioso es Pedro, realzando lo importante del film en esos únicos títulos:“su”título,“su”guión y“su”dirección… el resto de nombres quedan para el final, proyectados, como él bien sabe, cuando la gran parte del público(borreguil) se levanta e impide ver la pantalla al público(cinéfilo) que se mantiene sentado en la butaca hasta que la película acaba realmente.
Una mente irónica pensaría que es preferible que los títulos de crédito no muestren todo el elenco de famosillos que hacen cameos en la película, reparto que parece sacado de un casting hecho a las puertas de al salir de clase o serie televisiva similar.
A una mente ingenua le bastaría con los nombres de los actores principales (Pe, Homar, Portillo, J.L.Gomez), dando a las letras ese colorido, movimiento e imaginación al que nos tiene habituados el gran Pedro, dejando para el final el montón de actorcillos invitados que engordarán su cv y su caché diciendo que han sido “chicas Almodóvar”.
En la música, se echa de menos esa habitual cuidada selección de canciones que después de disfrutar en el film, tenías ganas de buscar en CD para engrosar tu discoteca particular. En esta ocasión un par de bonitos temas y nada más… nada de recuperación de coplas en desuso, nada de voces vibrantes, nada nuevo, nada antiguo… en linea con el resto de la película.
Los flashbacks, qué lástima que no se usen para tejer una maraña en la que te sumerjas y mantenga alerta a tus neuronas, dando vueltas sobre su resolución. En esta ocasión no te sientes partícipe, se pierde la complicidad con aquel espectador que disfruta cavilando durante el visionado. Por el contrario, el recurso de“adelante-atrás en el tiempo”es predecible, no te pierdes ni por un segundo, te distancia del film, la historia te va llevando de la mano como si fueras un niño bobalicón que necesita que explicación para todo… que monotonía!!!
Por otro lado, resaltar la labor de Penélope en toda su actuación, además de estar espectacular. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pe está en un momento cumbre de belleza e interpretación. Recuerdo que en sus comienzos no me decía nada su cara, incluso tenía un rostro vulgar. Ahora los rasgos se han”feminizado”con resultado magnífico: labios abultados en torno a dientes blanquísimos, mirada penetrante (excelentes maquillaje-ojos y depilación-cejas), nariz con personalidad que no merma belleza en su cara. Esas diferentes expresiones (escena”Audrey”) que consigue, al parecer, casi sin esfuerzo… Pe está espectacular.
Curioso: Pe está bellísima tanto con su aspecto de “femme fatale” como con el de chica mundana recién levantada, aspecto en el que está preciosa y resulta entrañable.
Mención aparte para los planos del busto (¿para que se deje de especular con que “se los ha arreglado”? Si el montaje no tiene digitalización (qué bueno con Pitt-Buttom), los planos de los pechos de Pe evidencian que se aplanan boca arriba (imposible con implantes) y de pie se mantienen tiesos sin que la gravedad haya hecho aún estragos.
Pedro es un rey mostrando en pantalla el esplendor de una mujer.
Las interpretaciones son soberanamente flojas.
En ocasiones parece que los actores están leyendo: sin entonación, sin emoción, simplemente con el papelillo memorizado y punto.
Logran salvarse Penélope y Ángela Molina, a veces Blanca Portillo y Homar, con un JL Gómez correcto en su papel de malomillonetis. Ellos dan, en contadas ocasiones, la emotividad debida a sus papeles, tan carente en los demás. La única escena real, creíble, emocionante, que remueve los sentidos y te atrapa es la escena de sexo salvaje en la alfombra, que (menos mal)caldea ese ambiente monótono que cubre a la película.
El hijo de Portillo (T.Novas) interpreta igual de mal a los 7 años que a los 20, incluso a veces le sale el acento gallego (cómo no han cuidado la fonética de sus enes finales!?), Sólo muestra un atisbo de emoción al inventarse la historia de amor-sexo entre vampiros del guión de“Dona Sangre”.
Otras escenas totalmente inverosímiles: El médico anunciando que hoy no puede operar al padre, quizás mañana, con una interpretación anodina devtono similar al que le daría la máquina de lectura para ciegos; El de la conversación telefónica de Ray-X con su padre, Dani Martín consigue patetismo con su frase (por lo menos esta vez se le entiende).
Blanca Portillo, correcta durante casi todo el metraje, está sobreactuada en la escena de “la catarsis”. Vale que esté vomitando su historia, esa que lleva catorce años escondiendo, vale que se sienta emocionada porque tiene enfrente a los dos hombres de su vida (hijo y amado), pero el tono, cara y lágrimas que le pone no corresponden a la vida real y hacen recordar una expresión del propio film:“la gente se cae por las escaleras sólo en las películas”, pues tu interpretación, buena en teatro, es exagerada en pantalla.
Me quedo con el polvo en la alfombra. Única escena en la que celuloide y espectador vibran.
Curioso: Pe está bellísima tanto con su aspecto de “femme fatale” como con el de chica mundana recién levantada, aspecto en el que está preciosa y resulta entrañable.
Mención aparte para los planos del busto (¿para que se deje de especular con que “se los ha arreglado”? Si el montaje no tiene digitalización (qué bueno con Pitt-Buttom), los planos de los pechos de Pe evidencian que se aplanan boca arriba (imposible con implantes) y de pie se mantienen tiesos sin que la gravedad haya hecho aún estragos.
Pedro es un rey mostrando en pantalla el esplendor de una mujer.
Las interpretaciones son soberanamente flojas.
En ocasiones parece que los actores están leyendo: sin entonación, sin emoción, simplemente con el papelillo memorizado y punto.
Logran salvarse Penélope y Ángela Molina, a veces Blanca Portillo y Homar, con un JL Gómez correcto en su papel de malomillonetis. Ellos dan, en contadas ocasiones, la emotividad debida a sus papeles, tan carente en los demás. La única escena real, creíble, emocionante, que remueve los sentidos y te atrapa es la escena de sexo salvaje en la alfombra, que (menos mal)caldea ese ambiente monótono que cubre a la película.
El hijo de Portillo (T.Novas) interpreta igual de mal a los 7 años que a los 20, incluso a veces le sale el acento gallego (cómo no han cuidado la fonética de sus enes finales!?), Sólo muestra un atisbo de emoción al inventarse la historia de amor-sexo entre vampiros del guión de“Dona Sangre”.
Otras escenas totalmente inverosímiles: El médico anunciando que hoy no puede operar al padre, quizás mañana, con una interpretación anodina devtono similar al que le daría la máquina de lectura para ciegos; El de la conversación telefónica de Ray-X con su padre, Dani Martín consigue patetismo con su frase (por lo menos esta vez se le entiende).
Blanca Portillo, correcta durante casi todo el metraje, está sobreactuada en la escena de “la catarsis”. Vale que esté vomitando su historia, esa que lleva catorce años escondiendo, vale que se sienta emocionada porque tiene enfrente a los dos hombres de su vida (hijo y amado), pero el tono, cara y lágrimas que le pone no corresponden a la vida real y hacen recordar una expresión del propio film:“la gente se cae por las escaleras sólo en las películas”, pues tu interpretación, buena en teatro, es exagerada en pantalla.
Me quedo con el polvo en la alfombra. Única escena en la que celuloide y espectador vibran.