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6,1
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2.012
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Voto de primo gose:
6
6,8
1.273
Drama. Cine negro
Aunque el teniente Scott Burnett, del servicio de guardacostas, padece todavía pesadillas durante su convalecencia, está decidido a casarse con su novia Eve y empezar una nueva vida. Un día, se encuentra en la playa con Peggy, la mujer de un famoso pintor ciego. Scott y Peggy se enamoran, pero ella se siente culpable y no quiere abandonar a su marido. Scott, por su parte, cree que Tod finge su ceguera para retener a su esposa a su lado. (FILMAFFINITY) [+]
5 de abril de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo no le pido a una película que sea realista; no tengo ningún problema en aceptar que Superman vuela, que las familias de las screw ball de los 30's sean todas ricas y otras cosas por el estilo. Pero si tengo un problema con las películas en las que las motivaciones de los personajes son tan poco coherentes como esta. Y reconozco que en la vida uno puede tener motivaciones que entran en conflicto, pero en una película se necesita explicar un poco mejor porque los personajes actúan como actúan.
En el caso de los personajes de Bickford y Ryan está claro. El primero es un amargado que solo puede tomarse la vida como un juego cruel, y se comporta en consecuencia con ello. El segundo es una persona confusa, y que espera satisfacer sus frustraciones emparejándose con una mujer a la que considera superior a él. Por desgracia la película se centra demasiado en el personaje de Ryan, que no sufre ninguna transformación a lo largo del film: empieza confuso (excepcional secuencia onírica del principio) y acaba aún más confuso. Sin duda la película ganaría si se centrase más en el pintor ciego y amargado, y la verdad no entiendo porque no lo hicieron así.
Caso diferente es el de las motivaciones de la exquisita Joan Bennet, que cambian, en mi opinión demasiado repentinamente, y sin que las explicaciones que la película ofrece se me antojen lo suficientemente convincentes. Sigue en el spoiler.
Y ello se debe, creo yo, a los cortes que sufrió la película, que a mi juicio extraen información del mayor interés para comprender, es decir, para poder ponerse en la piel de los protagonistas, sin duda algo esencial en todo film, pero aún más en un drama como el que nos ocupa. Para nada estoy de acuerdo con los usuarios que señalan que los cortes le dan una mayor fuerza narrativa a lo relatado, como, incidentalmente, si me parece que pasa en "La Parada de los Monstruos".
A pesar de todo ello si se dan unos ciertos elementos o secuencias en la película de gran fuerza, como los ya mencionados sueños (ese plano en el que la cara de Joan Bennet emerge de las llamas me parece de lo más vigoroso rodado por Renoir en toda su carrera), o la escena en la que Ryan y Bennet se encuentran por la noche en el barco encallado en la playa del título.
En el caso de los personajes de Bickford y Ryan está claro. El primero es un amargado que solo puede tomarse la vida como un juego cruel, y se comporta en consecuencia con ello. El segundo es una persona confusa, y que espera satisfacer sus frustraciones emparejándose con una mujer a la que considera superior a él. Por desgracia la película se centra demasiado en el personaje de Ryan, que no sufre ninguna transformación a lo largo del film: empieza confuso (excepcional secuencia onírica del principio) y acaba aún más confuso. Sin duda la película ganaría si se centrase más en el pintor ciego y amargado, y la verdad no entiendo porque no lo hicieron así.
Caso diferente es el de las motivaciones de la exquisita Joan Bennet, que cambian, en mi opinión demasiado repentinamente, y sin que las explicaciones que la película ofrece se me antojen lo suficientemente convincentes. Sigue en el spoiler.
Y ello se debe, creo yo, a los cortes que sufrió la película, que a mi juicio extraen información del mayor interés para comprender, es decir, para poder ponerse en la piel de los protagonistas, sin duda algo esencial en todo film, pero aún más en un drama como el que nos ocupa. Para nada estoy de acuerdo con los usuarios que señalan que los cortes le dan una mayor fuerza narrativa a lo relatado, como, incidentalmente, si me parece que pasa en "La Parada de los Monstruos".
A pesar de todo ello si se dan unos ciertos elementos o secuencias en la película de gran fuerza, como los ya mencionados sueños (ese plano en el que la cara de Joan Bennet emerge de las llamas me parece de lo más vigoroso rodado por Renoir en toda su carrera), o la escena en la que Ryan y Bennet se encuentran por la noche en el barco encallado en la playa del título.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Y eso que lo que más me gusta de la película es ese final en el que el pintor y su mujer se van abrazados, sin que la película, en mi opinión, halla llegado al punto de cocción necesario para que podamos compartir con sus autores dicha decisión. Por cierto, que yo no lo interpreto como un final ambiguo o abierto, sino todo lo contrario. La Bennet se va con Bickford porque vuelve a sentir lo mismo que sentía por él en ese pasado del que tanta información se nos escamotea, y en ese sentido apuntan el plano en el que ella tendida en la arena lo mira con cara de admiración al pronunciar su último discurso (otro detalle un poco feo de la película son esos discursitos claramente deudores de su origen literario), así como la fuerza con la que se abrazan en el último plano del film.