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España España · Miranda de Ebro
Voto de Cocalisa:
6
Thriller. Cine negro. Comedia Es la víspera de Navidad en Wichita (Kansas). Charlie Arglist (John Cusack), un picapleitos experto en asuntos más bien turbios, y su compinche Vic Cavanaugh (Billy Bob Thornton) acaban de estafarle más de dos millones de dólares a Bill Guerrard (Randy Quaid), el capo de Kansas City. Pero lo que Charlie realmente desea es fugarse con la espectacular Renata (Connie Nielsen), que dirige un club de strip-tease. (FILMAFFINITY)
20 de julio de 2007
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La gente siempre dice que el crimen perfecto no existe, pero yo no estoy de acuerdo...” reflexiona Charlie Arglist en la secuencia inicial de La cosecha de hielo, en tanto una versión -almibarada, como corresponde- de “El tamborilero” nos proporciona un guiño clarificador sobre las intenciones de este cínico homenaje al cine negro.
Harold Ramis -un director caracterizado por introducir en buena parte de su obra dosis notables de humor corrosivo- sitúa las peripecias del abogado Charlie, su violento compinche Vic Cavanaugh y su impresentable colega de copichuelas Pete Van Heuten en la glacial Nochebuena de un Wichita poblado por clubs de alterne, gansters escasamente complacientes, bailarinas patéticas, policías idiotizados y, cómo no, una “femme fatale” capaz de iluminar, a ratos, las horas de nuestro protagonista.
Estupendo, una vez más, John Cusack, bordando el papel de un hombre embarcado en una aventura que parece desbordarle por los cuatro costados, marcado por la fatalidad que caracteriza el destino de los héroes del thriller clásico. Estupendo también el eficaz Billy Bob Thornton en su diseño del truculento Vic. Y estupendo, desde luego, Oliver Platt como insuperable rompepelotas empapado de alcohol.
Todos ellos, junto al atractivo equívoco de Connie Nielsen o la breve, pero intensa, aparición de Randy Quaid dando cuerpo al capo estafado Bill Guerrard, navegan con soltura en esta patada a los bajos del “espíritu navideño” que representa La cosecha...
Les ayuda, desde luego, la solvencia del guión elaborado por Richard Russo y Robert Benton (responsable también de las historias narradas en Bonnie and Clyde, Kramer vs. Kramer o En un lugar del corazón) sobre la novela original de Scott Phillips. Les apoyan diálogos chispeantes, que recuerdan a algunos filmes totémicos del cine policíaco de los 50, salpicados en esta ocasión con una generosa ración de palabrotas. Y, sobre todo, facilita su labor el acierto y solidez con que Harold Ramis construye el film: un título desbordante de humor malévolo, como algunos de sus anteriores trabajos -Atrapado en el tiempo o Mis dobles, mi mujer y yo-, más matizados que otros -El club de los chalados, Una terapia peligrosa, o Al diablo con el diablo-.
Violencia, traición, desamparo, cinismo... todos los ingredientes de un villancico enfermizo. Pero, ya se sabe: “Es Navidad. El cumpleaños de Dios”.
Cocalisa
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