Una de las cosas que más me molesta en una serie o película es que sea pretenciosa e intente vender una imagen que no se corresponde con lo que ofrece. Y eso es Russian Doll, una serie que intenta ir de moderna y transgresora, que está constantemente gritándole al espectador: mira qué guays e ingeniosos somos. Diálogos forzadísimos, actuaciones espantosas (la primera serie que veo que mejora viéndola doblada en castellano).
Me parece bien que se trate un tema como las drogas de forma natural y jocosa pero en este truño las drogas son sólo un pretexto para vender al público la moto de "qué modernos somos".
Ejemplos de pseudo transgresión de chichinabo que reparte esta serie:
1 En un sofá varias personas dormidas que se supone han estado inmersos en orgía. El toque "que guay somos" uno se levanta y tiene un dildo pegado en los gayumbos por detrás. El toque "qué ridículos somos" tod@s los participantes en la orgía están vestidos.
2- Tía en una fiesta. Toque "que guay somos" se mete de todo, bebe como si no hubiera un mañana y se duerme en un sofá. Toque "que ridículos somos", se despierta igual de peinada y maquillada y fresca como una lechuga.
Un despropósito todo.