La película "El cebo" consigue retransmitir la sensación del mal perfectamente, y a ella le ponemos cara, ropa y música. Pero, lo más terrible, es que también le ponemos una raíz psicológica, el estudio de una mente perturbada desde dentro hace que veamos al monstruo de esta película como un Frankenstein ingenuo y tierno desviado hacia el Jack "El Destripador" más desalmado. Posteriormente, películas como "De repente, la oscuridad" de Robert Fuest lograron cierto parecido a esta manera de narrar un thriller... bosques, carreteras secundarias y coches misteriosos hacen que esta película, y también aquella, se conviertan en determinados momentos en road movies tenebrosas en las que el mundo parece ser ese lugar que transcurre entre una curva y otra, únicamente. Las ramas dotando al cielo de su verdadera forma serán nuestras únicas compañeras en este viaje.