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Voto de Caith_Sith:
7
Ciencia ficción. Acción Cuando legiones de monstruosas criaturas, denominadas Kaiju, comienzan a salir del mar, se inicia una guerra que acabará con millones de vidas y que consumirá los recursos de la humanidad durante interminables años. Para combatir a los Kaiju gigantes diseñan un tipo especial de arma: enormes robots, llamados Jaegers, que son controlados simultáneamente por dos pilotos cuyas mentes están bloqueadas en un puente neural. Pero incluso los ... [+]
13 de agosto de 2013
165 de 222 usuarios han encontrado esta crítica útil
Guillermo del Toro ha vuelto con una producción que podría ser demonizada de muchas formas, pero que consigue sobrevivir a sus promesas gracias a una honestidad fuera de lo común. Acostumbrados a mastodónticas superproducciones 'con mensaje', que fuerzan demasiado la máquina y terminan por ser inanes, es digno de elogio encontrar un filme que sabe lo que es y no trata de jugar en ligas superiores, que -evidentemente- ha costado un puñado de millones de dólares -y luce cada uno de ellos-, limitándose a ser un divertimento que consigue atrapar al espectador en un torbellino de puro éxtasis. No estamos ante una gran película en términos absolutos pero sí ante una de las experiencias palomiteras más redondas en mucho tiempo: el guión, sencillísimo, se limita a ser exclusivamente un esbozo de varios personajes que interactúan entre sí. Unos personajes que en cualquier otra película no servirían para nada, pero que ahí funcionan con precisión porque son sólo vasos comunicantes de los numerosos números de acción que ha preparado Del Toro. Y con todo, se permite el lujo de dejar alguna idea y crear una mitología que daría para mucho más.

Dicho lo cual, y evitando hacer una crítica convencional, voy a detenerme en algunos puntos que me han parecido dignos de reseñar. Adelanto no obstante, fans de Transformers, que aquí hay mucho más donde rascar que en la franquicia perpetrada por Michael Bay.

I. Flashbacks

Pacific Rim parte de una idea de conectar la mente de dos personas para pilotar a los llamados jaeger, robots de combate creados para combatir a los kaijus, monstruos surgidos del océano y cuya ambición es acabar con la humanidad. La importancia de todo este concepto pasa por la forma en que se representa el lado emocional desde un punto de vista casi íntimo, pese a la enorme escala. Aunque sólo vemos dos flashbacks (y uno parcial, pues hemos vivido ese recuerdo con anterioridad), el que tiene lugar con una pequeña niña como protagonista es sumamente espectacular, y clave para entender la evolución de unos personajes que, insisto, están esbozados con muy pocos trazos, pero éstos son suficientes como para crear cierta empatía. La forma en que Del Toro ahonda en esta psique es poderosa, aunque -conscientemente- no lo explota tanto como para poder hacer de su película una especie de disertación intelectual sobre las consecuencias de estos actos más allá de lo puramente funcional.

II. Sacrificio/Autoría
Del Toro sacrifica cualquier lectura intelectual más allá de la crítica (evidente) hacia la mano del hombre y la forma en que ha convertido el planeta en un vertedero, haciéndolo habitable para los temibles kaijus. No obstante, este acto, este sacrificio, permite a la película volar más alto que si tratase de ser un ejercicio más rico en ideas y conceptos desde un punto de vista más denso, lo que habría condenado la película a quedarse a medio gas. El objetivo del director es crear una mitología, o apropiarse de ella y darle un giro de 180 grados, para asentar las bases de una nueva franquicia de ficción que pueda ser explotada o referenciada en el futuro. Algo que el realizador ha hecho en prácticamente toda su obra, recurriendo a textos, iconos o imágenes ya creadas para darles un enfoque personal. Así, Paficic Rim es una película que se siente puramente suya, con sus tics tradicionales (alivios cómicos, cameos y personajes muy concretos) y una forma de comprender lo fantástico acercándolo a la realidad, como ese mercado de órganos o los edificios formados por esqueletos de kaijus fallecidos.

III. Dedicatoria
Lo que se consigue, con lo anterior, es que Pacific Rim sea una película de autor levantada gracias al dinero de los grandes estudios. No cine independiente (no confundamos términos), pero sí de autor: se puede ver a Del Toro en las imágenes, incluso aunque aquí, a diferencia de en gran parte de su producción anterior, se abuse de lo digital en lugar de recurrir al maquillaje y otros trucos visuales. Cosa poco criticable por otra parte porque la película es, técnicamente, magistral: la escala de los robots/kaijus es impresionante, así como la integración de éstos en un mundo totalmente realista, evolucionando lo conseguido -en lo que respecta a efectos visuales- en cintas como "Transformers" o "Monstruoso".

No deja de ser curioso, con todo esto, que Del Toro decida homenajear en los créditos a dos maestros como Ray Harryhausen e Ishiro Honda, ambos destacados artesanos que dedicaron parte de su vida a los efectos visuales y a la creación de monstruos para el cine fantástico. El primero, conocido por su dominio del stop motion, y el segundo, autor de "Godzilla" y de docenas de películas posteriores con un concepto parecido. Del Toro rinde homenaje así a los artesanos, aunque su película sea -por necesidad, estamos en 2013- digital. La dedicatoria es sentida y se agradece. Además, no parece forzada, ni está empapada en la hipocresía de aquel James Cameron que reivindicaba la naturaleza y demonizaba la mano del hombre en "Avatar"... cuando toda su película estaba construida con las herramientas de los villanos de la historia.

IV. Final
Pacific Rim es una gran película de entretenimiento, que como se ha apuntado en otras críticas, nos devuelve a la niñez sin trampa ni cartón. Son robots pegándose con monstruos, con personajes sencillos que funcionan como clichés a los que adherirse para poder seguir la acción. Pero no engaña a nadie: esto es así. Mi recomendación es que la veáis, eso sí, en el cine. Este es el tipo de película que se beneficia de la pantalla grande y el sonido envolvente, el típico espectáculo masivo que hay que disfrutar tal cual fue concebido. Quizá, el mejor blockbuster del año, o al menos el que más consciente es de su propia naturaleza. Merece la pena.
Caith_Sith
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