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Voto de Caith_Sith:
6
Drama Año 1430. Capturada por los borgoñones y entregada a los ingleses, Juana de Arco es juzgada por un tribunal eclesiástico acusada de brujería. En prisión y abandonada por su rey, la joven intenta suicidarse. Tras este sacrilegio, las voces divinas que siempre la habían guiado desaparecen, dejando a Juana profundamente sola ante un destino incierto. (FILMAFFINITY)
14 de octubre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizá de todas las figuras históricas, sea "Juana de Arco" la que más ha inspirado a los grandes directores a la hora de llevar su vida a la pantalla. En 1900 Georges Méliès se dejó cautivar por la historia de la mujer francesa y en los años siguientes pasó lo mismo con, entre otros, Cecil B. DeMille, Robert Bresson, Jacques Rivette, Roberto Rossellini y Carl Theodor Dreyer. Volver a abordar el mito del personaje, la leyenda, implicaba un riesgo y llevaría instantáneamente a las comparaciones pero Philippe Ramos sale airoso no tanto por la calidad global de su obra (que es digna y estimable) sino porque se atreve a desligarse de la historia tradicional para centrarse en los instantes de cautiverio, y en la forma en que la fémina influyó en quienes la mantenían presa. Interpretada con fuerza por la atractiva Clémence Poésy (Fleur Delacour en la saga Harry Potter), la película encierra momentos de gran fuerza y aunque sufre de un problema de indefinición (no sabe cuándo terminar y añade un episodio que se alarga en exceso) se trata de un film que merece la pena.

Lo que sorprende es su sobriedad formal. Hay planos cortos pero la dirección es estable, reposada, muy clásica pero sin los movimientos de cámara tradicionales que convierten toda película de época en un clon de las restantes. Aquí se da importancia a la naturaleza y a los instantes, los tiempos muertos tienen una función y cada actor está en su sitio. Es una pena que el film no acabe cuando debe porque el tercer acto con Mathieu Amalric se alarga lo indecible y lastra el resultado final, a pesar de que las últimas escenas sean potentes y den solidez al discurso. Pese a su irregularidad, "Jeanne Captive" merece la pena, y bastante. Si la película fuese en blanco y negro y tuviese una fotografía similar a la del "Othello" de Orson Welles, ganaría bastantes puntos, eso sí. No habría que tocar la dirección -que es buena-; con ponerla en B&N, bastaría. Su corte clásico haría el resto.
Caith_Sith
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