Sí, puede sonar ambicioso hablar así de Lío Embarazoso (Knocked Up), más faltando cinco meses para finalizar el año (sin contar el presente mes de Julio, claro), pero no me cabe duda de que o mucho cambian las cosas, o finalmente así será. Judd Apataw ha conseguido una película cojonuda, bien rodada e interpretada, con uno de los mejores guiones que he visto en mucho tiempo, que tocan todos los palos y plantean el giro que dan las vidas de varias personas a raíz de un hecho drástico como es el embarazo. La historia de Ben, un joven alocado, que se coloca con sus colegas y tiene una página web 18+, y la de una preciosa Alyson, una promesa de la televisión, y cómo se conocen hasta llegar a acostarse la misma noche, es una auténtica lección de buen hacer.

Puede que por el argumento que puede leerse en FA la cinta carezca de algún interés, y es que calificar la película basándose en esa frase es una estupidez, ya que ésta podría llevarnos a pensar mil cosas; por suerte Apatow no cae en una película tipo “American Pie” y se aprovecha de todo lo que tiene en su mano para regalarnos una cinta realmente bien pensada, con diálogos cortantes, inteligentes. No es una comedia tipo 'Ali G' o 'Zoolander', sino que más bien tiene un humor pelín más retorcido, más en la línea de 'Pequeña Miss Sunshine", lo cual le da más entidad a la obra.

Los personajes llegan a ser cojonudos gracias a las soberbias interpretaciones de todo, absolutamente todo, el reparto. Comenzando por Seth Rogen, que levanta un personaje bastante similar de inicio a "El Nota" de El Gran Lebowsky, y siguiendo por Katherine Heigl, que se confirma no sólo como una mujer realmente atractiva sino como una actriz a tener en cuenta. Total, que tenéis que ver Lío Embarazoso. La crítica americana ya se ha puesto a su favor, teniendo un 85 en Metacritic, y en IMDB ya se ha colado en el Top250 en el puesto 239. Razones, a mi juicio, no le faltan. Ojalá se hiciesen más películas así: con buenos personajes, bien interpretados, con un buen guión, con buenas situaciones, y que al final te dejen la sensación de haber disfrutado de verdad, sin mirar el reloj en ningún momento pese a que dure 130 minutos.