No sé nada de física cuántica. Y sigo sin saber después de ver la película. No lo digo por hacer una gracia: me avergüenza mi desconocimiento en cualquier rama de las ciencias, y ni siquiera me consuela decir aquello de "soy de letras" porque, aparte de las del piso y el coche, tampoco sé mucho de ellas. Tampoco creo que el objetivo de los que han hecho la película fuera culturizame del todo. Harían falta muchas horas, explicaciones y tres docenas de profesores como los que salen para "cepillar" un poco mis conocimientos hasta darles un poco de forma. Demasiada tarea. Tampoco me han conducido por la senda de la espiritualidad y del autoconocimiento personal, que, creo, que es otra de las cuestiones que se tratan en este documental-película. Entonces ¿no me ha servido de nada verla? (voy a hacerme esta pregunta para que se vea que al menos he comenzado a interrogarme y a pensar en forma científica, calibrando y meditando mi respuesta) Sí y no (que se vea que he comprendido el amplio mundo de la mecánica cuántica y su teoría de las posibilidades). Sí, porque ha suscitado reflexiones que siempre me han parecido muy interesantes. Eso de sí nos es posible mejorar nuestra vida gracias al pensamiento positivo, siempre me ha parecido una teoría muy consoladora. Yo creo que las cosas no mejoran a nuestro albedrío, pero una mejor voluntad hace que las cosas no sean tan malas... para uno mismo, claro. O sea, que los problemas no cambian, sino las personas que deben afrontarlos. Una mente abierta, capaz de ver todas las posibilidades que se desarrollan ante nosotros, es, incluso físicamente, una mente capaz de mejorar la vida de una persona, casi, en un cien por cien. No se trata de modificar la "materia" de nuestra vida, sino la percepción que tenemos de ella. Se trata de atrapar el "espíritu" de las cosas, hasta escoger la que nos conviene y nos hace felices. O sea, los problemas tienen muchas caras, aristas y ángulos, y, entre todos ellos, también soluciones. Es decir, todo contiene a todo. Y todo está dentro de mí misma. Todo está al alcance de mi mente... Soy Dios...

Bueno, bueno, bueno... esta película la vi un sábado de sobremesa, a lo mejor por eso, después de verla, me sentí optimista y le he dado una nota más que notable. Quizás estoy alucinando (vapores de la digestión) y he visto algo más metafísico de lo que había en ella (efectos de la cafeína). Tal vez, ni siquiera sé muy bien de lo que estoy hablando (cosas del orujo de hierbas). No importa. Sigo sin saber nada de ciencia todavía, pero sé que no he perdido el tiempo que estuve viéndola. Siempre viene bien una dosis de optimismo, racionalizado y bien fundamentado. Si esto es física cuántica o cuentico para la siesta, no importa. Me supo rico, bueno y sabio. En realidad, yo siempre había sido "cuántica", de cuántas posibilidades tenga, siempre escojo la mejor. Y eso que soy de letras...