Desde los primeros minutos del film, me ha resultado imposible obviar la semblanza con La montaña mágica, de Thomas Mann. Además de la referencia explícita de la escena del médico leyendo la novela del escritor alemán, existen otras semejanzas, tanto argumentales como estéticas. Un sanatorio ubicado en los Alpes suizos, rodeados de montañas imponentes, de cauces y bosques y picos nevados y cielos tormentosos o diáfanos y carreteras que zigzaguean por sus desfiladeros, son claros puntos en común entre ambas obras. Pero el sanatorio en sí mismo es un homenaje a aquel del libro. Davos-Dorf se levanta, solitario, entre las moles gigantescas de las montañas. Lo mismo ocurre con este instituto donde se realizan curas basadas en la ingesta y sumersión en aguas tratadas especialmente. Desde luego, las semejanzas llegan hasta cierto punto, pero en un principio son varios los elementos en común. Otra cosa similar, es el hecho de la percepción del tiempo. En ambas obras, la relatividad del tiempo (mucho más profundizada en la novela, desde luego) es un tema abordado. Otra similitud es la de la llegada de visitantes y su "imposibilidad de irse" del lugar. En la novela de Mann, los visitantes de los enfermos, quedan muchas veces internados al ser diagnosticados con alguna enfermedad, incipiente o avanzada. Aquí, por el tono fantástico del film, es similar, aunque no igual... no se puede soslayar, de todos modos, el homenaje al libro.

Luego, la película toma rumbo propio. Si bien desde un primer momento el clima es asfixiante y se prevé el toque siniestro, hacia la mitad se desarrolla y desvela completamente el género de terror, predominando la cinta hasta su final.

La fotografía y la música son los puntos más altos del film. Las tomas aéreas de la carretera que corre al borde de la montaña son excelentes. En el caso de la música, cada escena es acompañada apropiadamente. Las actuaciones son, en general, correctas. La extensión, algo que se le ha criticado y mucho, me pareció justa... no creo que le sobren tantos minutos como se dice.

En definitiva, la película me ha parecido muy buena. Al menos no recurrió, en este género tan desgastado y maltratado, a las casas embrujadas ni a los zombies o vampiros. Eso, a estas alturas, ya es suficiente.