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España España · Sevilla
Voto de KOLYA:
5
Documental Juan es un mediador que trató de alcanzar la paz entre ETA y el gobierno español. Roberto es un espía de los servicios secretos que se infiltró en su vida durante años. Mudar la piel es la historia de Juan, el padre de la directora, y Roberto, el hombre que le espió. Ambos cultivan una insólita amistad a pesar de la traición. Mudar la piel también es la crónica de la relación de los cineastas con el espía y su dificultad para atrapar su ... [+]
18 de octubre de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película dirigida por Ana Schulz y Cristóbal Fernández, estrenada en el Festival de Cine de San Sebastián y en Madrid, en el Círculo de Bellas Artes el 12 de octubre de 2018. El documental cuenta la historia de dos amigos, Juan, padre de la directora, y Roberto, el hombre que le espió.
De entrada el documental tiene algo del "¿Quién sabe dónde?" y del "Cuéntame", ya que está ambientado en una historia anecdótica de los años 80. El resultado es un híbrido entre documental y homenaje al padre, que pretende ser un film de investigación. Planteado como un dilema moral, el del hombre cuya amistad ha sido traicionada, el documental se reduce a entrevistar a los padres de Ana, sin aportar muchos datos de otros personajes.
Si bien la historia de la amistad está bien contada, el peso del protagonismo recae en la figura del padre, el mediador de paz Juan Gutiérrez. En cambio la figura del amigo de este, Roberto, está cargada con los tintes de la sospecha, de la no comprensión, porque los espías están mal vistos. Aquí es donde el espectador se siente engañado, se diría que no se cuenta toda la verdad del mediador, y sí en cambio toda la mentira de la historia del agente del CESID. La historia del mediador es presentada como ejemplar, mientras la historia del amigo es presentada como maldita, como que al ser un agente secreto no sea una persona sino un malo malísimo.
Encuentro que estamos ante un documental fallido, naif, que peca de una gran ingenuidad. El intento de la hija por entender las razones de la amistad de dos hombres adultos se resuelve en fracaso. Su documental pues, implosiona y no consigue su objetivo. Desde el punto de vista formal adolece de ritmo, y sus 88 minutos resultan interminables y sin dinámica. Además, al contar su proceso creativo, en plan "cine dentro del cine" sólo se consigue mostrar lo que sospechamos, el torpe hacer de los cineastas.
Se echa en falta el contexto político. La peli ignora por completo la situación política en la que se desarrolla esta amistad. No cuenta cómo una pareja que vivia bien en Alemania decide meterse en el avispero vasco en plena ola terrorista. El ingeniero cántabro Juan Gutiérrez es ¿invitado? a organizar un "artefacto" llamado Gernika Gogoratuz, al estilo de Elkarri, y vivir del trabajo de mediador. A partir de ahí recibe parabienes y contactos muy buenos para reunir a los grupos políticos y al Gobierno central. A pesar de la crueldad del terrorismo vasco, que "Mudar la piel" no cuenta, Gutiérrez y su mujer comunista tienen amigos abertzales y nunca sufren amenazas. Mientras tanto, Roberto recopila informaciones que ayuden a acabar con la hidra terrorista arriesgando su vida.
El documental falla sobre todo porque no consigue dar cancha al espía y proponer una historia de verdad neutral. Y es que para poder hacer un buen documental sobre espías hay que saber dejarse la piel.
KOLYA
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