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España España · Vitoria
Voto de Poulain:
10
Romance. Drama Las cinco hermanas Bennet han sido criadas por una madre obsesionada por encontrarles marido. Pero una de ellas, Lizzie, inteligente y con carácter, desea una vida con perspectivas más abiertas, un anhelo respaldado por su padre. Cuando el señor Bingley (Simon Woods), un soltero rico, y su círculo de sofisticados amigos se instalan en una mansión vecina para pasar el verano, las Bennett se entusiasman con la posibilidad de encontrar ... [+]
18 de agosto de 2007
192 de 225 usuarios han encontrado esta crítica útil
En España no fue recibida con entusiasmo, pero en el resto del mundo la crítica se arrodilló. No es para menos, objetivamente, la ópera prima de Joe Wright es escandalosamente brillante.

La mayoría de espectadores no se fijan en la labor del director (en el caso de que sepan que una película no la hacen sólo los actores). Pero cualquier cinéfilo no podrá evitar extasiarse con la orgía cinematográfica que supone el visionado de "Orgullo y prejuicio". Cada escena nos muestra imágenes variadas y siempre bellas y expresivas, que para colmo están al servicio de la narración, algo que Wright conjuga con sorprendente maestría. Como ejemplo de esta maestría, la escena del segundo baile está rodada en un plano secuencia en la que la cámara deambula por todo el salón asistiendo a las anécdotas de los personajes, siguiéndolos, perdiéndolos y reencontrándose con ellos en una secuencia de milagrosa planificación.
El talento de Wright no se queda en una sola escena sino que toda la película está plagada de imágenes arriesgadas, desde planos en los que vemos el sol a través de los párpados de la protagonista hasta elipsis temporales desde un columpio. Lo dicho, increíble.

Pero si "Orgullo y prejuicio" es una de las películas más perfectas de la historia del cine no lo es sólo por cómo está filmada. El reparto es espléndido. Hay gran cantidad de personajes secundarios y todos ellos están muy bien escritos e interpretados con gran talento por lo mejor de la escuela británica. Pero, por supuesto, también hay una protagonista, y la de "Orgullo y prejuicio" traspasa la pantalla en una interpretación memorable, de una sinceridad y transparencia que emociona hasta la médula. Esto demuestra que Keira Knightley no sólo es una de las actrices más bellas del mundo, si se le da un buen papel y se la dirige con talento es capaz de grandes logros.

Además de estar rodada con absoluta genialidad e interpretada con extrema dedicación por sus intérpretes, una película necesita una gran historia que contar, obviamente, y "Orgullo y prejuicio" la tiene, porque para el que no lo sepa es un clásico de la literatura universal que nos cuenta una hermosa historia de amor, y Wright ha querido narrárnosla desde la más absoluta elegancia y sutileza, huyendo en todo momento de la lágrima fácil y los efectismos sentimentaloides. Para muestra, esa insuperable escena final muy contenida, rodada con primeros planos en un alarde de sencillez bergmaniana, Wright evita el happy ending vulgar y consigue unas emociones tan sinceras y creíbles que el llanto no puede contenerse más y brota de los personajes y los espectadores de manera natural sin ser forzado.

Me estoy quedando sin sitio para enumerar las infinitas maravillas de esta obra maestra que hacen que verla sea un placer intenso para los sentidos y el alma, así que sólo queda añadir que "Orgullo y prejuicio" es una flamante incorporación al olimpo del séptimo arte. Te seguiremos de cerca, Joe.
Poulain
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