Estoy muy contento. ¿La razón? Disney y Pixar lo han vuelto a lograr. Una película de lo más tierna, hermosa, y que conseguirá tocarte la fibra sensible. Conseguirá llegar al fondo de tu corazón. Uno debería ser de piedra para no enamorarse de un film como el que ahora nos ocupa. Debería tener la sangre muy fría para no emocionarse, reír y llorar mientras la está visionando. La verdad es que el film se pasa en un suspiro. Más de cien minutos que se pasan volando. Me esperaba una película notable y me he encontrado con una obra maestra, magistral de principio a fin. Para todas las edades, la llegarán a disfrutar tanto los más pequeños de la casa como los mayores. Se llega a sentir mucho apego y cariño por unos personajes muy bien elaborados.

El film está escrito y dirigido por Lee Unkrich (realizador de otras cintas Pixar como Toy Story 3 y Buscando a Nemo) y Adrián Molina (escribió parte del material de guion adicional para otra película de Disney/Pixar titulada El viaje de Arlo). Entre las voces protagonistas en la versión original se pueden escuchar las de los actores Benjamin Bratt (visto en cintas tales como Doctor Extraño e Infiltrados en Miami, entre otras) como Ernesto de la Cruz y Gael García Bernal (de la serie Mozart in the Jungle) como Héctor, además de la del joven Anthony Gonzalez como el niño protagonista llamado Miguel. Junto a ellos en el reparto tenemos a Edward James Olmos (Blade Runner), Alanna Ubach (Los padres de él), Cheech Marin (Machete) y Alfonso Arau (Tres amigos).

En mi humilde opinión, todo está fenomenal, estupendo, empezando por la animación (ya sea cuando se habla de los fondos, de los personajes...), esos colores muy llamativos a lo largo del film, el sonido y la espléndida partitura de Michael Giacchino (casi que parece estar abonado a Pixar, pero bien por él), junto a unas maravillosas canciones. Si os gusta el cine de Disney, el cine de Pixar o los dos, ya que estamos, esta cinta me paredce de lo más recomendable. Mi nota final y de lo más merecida: 10.