"La maldición de la flor dorada" es, para qué vamos a engañarnos, algo decepcionante viniendo de Zhang Yimou. A pesar de todo, me habían hablado tan mal de ella que puedo decir que, una vez en el cine, para mí fue una grata sorpresa. De acuerdo, no está al nivel de lo que puede hacer Yimou, y no le llega ni a la suela de los zapatos a obras como "La linterna roja" o la misma "Hero".

De todas formas, sigue valiendo la pena. Algunos dicen que es Shakespeare, otros dicen que es un culebrón de después de la comida. Preferiría considerarla un punto medio, aunque evidentemente en ningún momento puede siquiera acercarse al barro que está junto a la suela del zapato de Shakespeare, tampoco es el insoportable enredo absurdo de un culebrón venezolano.

Pero dejando de lado el guión, que no es ninguna maravilla pero tampoco está mal, la película destaca especialmente por su apartado estético, con un estilo ostentoso, barroco y colorido que, aunque no se parece a lo que considero un estilo verdaderamente bello- pues aquí se pasan con el artificio, y el uso a veces algo hortera de los dorados- está bien para disfrutarlo de vez en cuando. Es un gran espectáculo, eso nadie lo niega, y las interpretaciones están en general a la altura, sobretodo por parte de Gong Li. Además, la dirección está cuidada y la historia crece en un crescendo que atrapa bastante. O tal vez yo soy fácilmente impresionable.

Pero no, no es lo que cabe esperar de Yimou. Aún así, es buena, aunque con el estándar tan alto del director esta aprueba justito. Pero bueno, eso poco importa, se disfruta mucho mientras dura, y lo cierto es que después de "La casa de las dagas voladoras", tampoco esperaba nada más alto. De todas formas, ya es hora de que Yimou se reponga, pues después de Hero, tanto "Walking alone for thousands of miles" como la anteriormente citada como esta...pues se podría mejorar.