El tema aquí es de verosimilitud. Las anécdotas insólitas, extravagantes y/o poco probables (como en la ciencia ficción) para que funcionen deben ser creíbles, entonces tienen que tener "apariencia" de verdadero y posible.

Esta película arranca durante la primera cuarta parte en forma por demás interesante, con un prodigioso montaje que muestra las habilidades de un grupo de estafadores y lo hace en forma contundente y entretenida. Pero luego, poco a poco, va desinflándose: (debo hacer un gran esfuerzo para no caer en spoiler) introduce una cuestión romántica muy poco probable luego de la forma en que inicialmente se conoció la pareja, poco después deriva en el drama de la ludopatía para empezar a pegar vueltas de tuerca, una tras otra. Pero las vueltas de tuerca funcionan en la medida en que una situación toma un giro inesperado para acentuar el dramatismo o el suspenso; pero no, en esta película las volteretas del guión solo sirven para que a continuación comience toda una "laaaargaaaaa" explicación verbal acerca de lo que ocurrió.

Hay infinidad de inconsistencias: 1) la clase magistral del método de la estafa al principio solo muestra el arte del "carterista"; 2) no hay ninguna razón para la ruptura de la pareja; 3) la secuencia del hipódromo no explica cómo se comprueba la adivinanza; 4) el verdadero motivo de uno de los protagonistas para ir a Buenos a Aires es absolutamente ridículo; 5) la gran vuelta de tuerca final no tiene en cuenta el color de la piel. Resumiendo, a pesar de las buenas actuaciones, de la excelente fotografía, de la entrañable y (para mí) muy querida Buenos Aires y de las bellísimas canciones es un verdadero fiasco