Después del que para mí, fue el capítulo más flojo. Llega el que puede que sea el mejor o al menos entre los tres mejores de la serie. Todo lo que contaba el anterior era necesario. Era necesario evolucionar a los personajes de cara a preparar el final de la serie. Y que mejor manera de hacerlo que enfrentar a ambos personajes a sus propios demonios. La serie es más oscura, más triste y Sherlock más frágil y más humano. El guión del anterior no acompañaba, pero eso desaparece aquí. El guión es sencillamente sublime. Al principio el espectador se va a enfrentar a los trozos rotos de un espejo, pero a medida que transcurre la historia, la imagen que ese espejo refleja va tomando cuerpo. Hay pistas para quien sepa leer entre líneas, cierto, pero creo que el desenlace del capítulo es tan jodidamente bueno por inesperado, que la hostia quiero que se llegue ya el próximo lunes.

Tras la pérdida de Mary, tenemos a un Watson en tratamiento psiquiátrico para asumir la pérdida, lo que no evita que tenga visiones donde su mujer le habla. y tenemos a un Sherlock desmejorado, que ha vuelto a consumir drogas y está fuera de control. Y tenemos un villano a la altura del reto que merece el mejor detective de la televisión. Culverton Smith, al que da vida un magistral Toby Jones, que parece nacido para hacer papeles de malo.