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Voto de antonalva:
9
Dancer
2016 Reino Unido
Documental, Intervenciones de: Sergei Polunin
7,2
808
Documental Documental sobre la figura del bailarín de ballet Sergei Polunin. (FILMAFFINITY)
27 de mayo de 2017
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cartelera a veces ofrece sorpresas inesperadas y nos permite descubrir alguna obra atípica que proporciona un deleite tanto estético como íntimo. El bailarín Serguéi Polunin (nacido en Ucrania en 1989) era una figura para mí desconocida, pero tras el visionado de este portentoso documental británico se ha convertido en un seductor personaje lleno de luces y sombras y al que con seguridad trataré de seguir de ahora en adelante – pese a no ser un aficionado a la danza. ¿El motivo? Pues haber ido a ver este reportaje de apenas hora y media que tiene un brío y una fuerza envidiables, que te abre al disfrute de un arte minoritario por el que nunca he sentido ni el más mínimo interés.

Aunque bien mirado, no es un reportaje sobre el arte de la danza, sino que en realidad es un boceto biográfico sobre alguien que desde niño fue impulsado a perfeccionar y sacar provecho de un innato talento físico para la danza, pero en detrimento de su vida familiar y teniendo que buscar fuera de su país natal el caldo de cultivo propicio para desplegar todo su majestuoso potencial. Y eso es lo que de forma ordenada se aborda, sacando provecho de una estructura diáfana y lineal, haciendo un uso fabuloso y dinámico de todo tipo de material de muy dispar procedencia, pergeñando así un estudio fascinante sobre la soledad del artista y las crisis que provoca el perder o carecer de objetivos vitales que den sentido a lo que hacemos.

Porque ante todo estamos ante una elucubración sobre lo que nos motiva y lo que nos hace perder el norte, sobre la dificultad de separarse de la figura paterna durante la infancia y lo que implica seguir la senda que nuestros mayores nos trazan con independencia de nuestros propios intereses y deseos. La facilidad no es sinónimo de felicidad… y eso es algo que se olvida en demasiadas ocasiones. Limitarnos a agasajar la mirada que otros clavan en nosotros puede hacernos arrinconar nuestros propios gustos y anhelos, que no debieran circunscribirse a seguir el camino trazado por tus seres queridos o a satisfacer las demandas y exigencias que los demás ponen en ti, solo por no haber aprendido a encontrar tu propio acicate vital, ajeno a las presiones externas.

Detrás del artificio puede haber arte, tras toda imagen pública late un corazón necesitado de afecto y calor humano. Estamos ante un esbozo impresionista y turbador sobre la fragilidad de la existencia y nos engancha porque sentimos el dolor y participamos del calvario personal de un ser privilegiado y malherido. No se la deben perder: saldrán exultantes y enriquecidos. Una joya insospechada.
antonalva
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