Haz click aquí para copiar la URL
Voto de antonalva:
6
Ciencia ficción. Terror Durante un viaje en el espacio rumbo a un remoto planeta al otro lado de la galaxia para colonizarlo, la tripulación de la nave 'Covenant' descubre una señal proveniente de lo que creen puede ser un paraíso inexplorado, y que resulta ser un mundo oscuro y hostil... Secuela de "Prometheus" (2012). (FILMAFFINITY)
13 de mayo de 2017
44 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Produce cierta perplejidad y sopor constatar, una vez más, la falta de ideas del cine comercial actual, su maniática obsesión por las supuestas “sagas” – que no son sino la repetición o expoliación de personajes, situaciones o tramas que han encontrado la bendición del público – y cuya fórmula repiten con mayor o menor fortuna durante años o décadas hasta que matan a la gallina de los huevos de oro por fatiga o inanición. Pero ya lo ha dejado dicho el propio Ridley Scott: él es un empresario y lo que de verdad le importa es el éxito de sus obras, no el reconocimiento crítico ni los premios. Y creo que este inminente octogenario infatigable ha sido honesto, es decir, lo que le gusta es hacer caja e incrementar su cuenta de resultados, supongo que para ser el más rico del cementerio o para erigirse un mausoleo tan fastuoso y estomagante como las cintas que produjo y dirigió a lo largo de su tan larga como irregular carrera.

Algunas veces hay cintas que conectan con el público de una época – como fue el caso del Alien (1979) primigenio – y su franquicia y su estética se convierte en una iconografía que se puede usurpar y pervertir cada vez que haga falta (o no). Ahora estamos ante la enésima secuela o precuela (qué más da), entretenida sí, bien realizada, con una producción vistosa e impoluta, con un monstruo – reproducido en serie y ad nauseam – pavoroso que genera tanto miedo como fascinación, con unos personajes tan insustanciales como accesorios (carne de cañón para ser masacrados sin remordimientos ni contemplaciones por los guionistas de turno), donde sólo tiene vida propia un maquiavélico androide con ínfulas de omnisciencia divina que a la postre es el mejor y más perdurable acierto de estas dos últimas entregas.

Todo reconocible, predecible y prefabricado, sin aspiraciones de originalidad ni perdurabilidad alguna, un producto de consumo bien hecho, tan prescindible como bien ejecutado, tan entretenido como insípido. No se trata de ningunear sus (innegables) logros, ni de erigirse en guardián de una supuesta pureza dogmática de cómo debería ser la industria del cine – que sobre todo es mero esparcimiento, que con suerte alberga algún sugerente sobresalto o al menos ofrece un vehículo para la ensoñación o la evasión – pero cuando más bien parece que se da por inercia a la máquina fotocopiadora con el único objetivo de pergeñar el calco corrompido de un duplicado borroso, la sensación en el espectador es que le están dando gato por liebre, que le están sacando fraudulentamente y con artimañas el dinero del bolsillo, ofreciendo dos horas de solvente nadería.

Amena aunque parca en novedades o hallazgos.
antonalva
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow