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Voto de antonalva:
7
Drama Los jóvenes Toma y Ana se conocen en la universidad, se enamoran y se casan. Toma cuida de ella y parece estar al mando de la situación, cuando, en realidad, únicamente está gravitando en torno a una mujer a la que no puede comprender. Cuando Ana vence sus miedos y logra triunfar, Toma permanece aislado, intentando comprender el torbellino que ha sido su vida con ella, enmarcado en la profunda represión y los tabúes de la sociedad rumana. (FILMAFFINITY) [+]
18 de septiembre de 2017
19 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine rumano que se está estrenando en España – en cuentagotas, pero de forma regular – suele tener mucho interés, ya que adopta una mirada fría, desapasionada, casi clínica sobre los problemas cotidianos de sus conciudadanos. Y ese enfoque en apariencia epidérmico y ecuánime le añade un barniz y lustre que lo convierten en una exploración y denuncia de una realidad social pobretona, inhóspita y gris que podría haber permanecido oculta si no hubiera obtenido el foco de atención de unos cineastas apegados a los problemas cotidianos de sus semejantes, sin afán de denuncia, sino con el objetivo de ser notarios de una existencia al borde del anonimato y del olvido. Recuperando así la tradición de la cosecha neorrealista italiana de antaño: documentar las carencias diarias sin olvidar los ensueños cotidianos.

Y ahora llega una versión asfixiante y menesterosa de ‘Dos en la carretera’ que más bien debiera llamarse ‘Dos enamorados urbanos y necesitados’. Porque en realidad estamos ante la autopsia egoísta y angustiosa de una historia de amor basada en la exigencia implícita de sumisión y dependencia y el afán disolvente y periódico de independencia, es decir, la obligación de ser amado para ahuyentar los fantasmas y terrores de la soledad, para exorcizar el sentimiento de inferioridad, para espantar el trauma de la falta de amor, para conjurar la condena del fracaso. No hay peor comienzo para una historia de amor que la fantasía de erigirse en príncipe azul salvador de princesas menesterosas: castillo de naipes, falacia suprema.

Y además se suelen encajar piezas en apariencia disímiles que encuentran un provisional acomodo en sus mutuas carencias y miserias: dos caracteres dependientes en busca de un refugio protector en el que acallar sus inquietudes y temores. Pero basta con que uno de ellos – por lo general, el que a primera vista era el más necesitados de los dos –se mueva y trate de soltar lastre y desanudar las amarras que lo ataban al amparo del mojón protector, para que todo se venga abajo y se cambien las tornas… y el independiente se vuelva dependiente, desvalido y exigente. La necesidad de ser necesitado es un cáncer que correo las relaciones humanas y provoca el naufragio de cualquier romanticismo. La sensiblería inoportuna e indigesta provoca hastío y rechazo, garantizando el fracaso del querer.

Cinta desapacible y amarga, que juega con destreza con los saltos temporales, que muestra la cara y la cruz del afecto, que desvela las mentiras inconfesables de las relaciones, que denuncia las tretas y ruindades del despecho… Quizás no nos guste vernos reflejados en este espejo doloroso, pero es lo que hay.
antonalva
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