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Voto de antonalva:
6
Thriller. Acción. Comedia Cuando el cuartel general de la agencia secreta es destruido, se descubre una organización de espionaje aliada en EE.UU. llamada Statesman, cuyo origen se remonta a la fecha en que ambas fueron fundadas. En una nueva aventura que pone a prueba la fuerza y el ingenio de sus agentes, ambas organizaciones secretas de élite aúnan sus esfuerzos para intentar derrotar a su enemigo común y salvar al mundo... algo que está convirtiéndose en una ... [+]
24 de septiembre de 2017
54 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
De nuevo se acierta en el tono entre paródico y transgresor, pero lo que en la primera película fue una sorpresa, un hallazgo, una desternillante propuesta, una original mezcolanza entre James Bond y los superhéroes de quiosco, en fin, un muy recomendable pasatiempo, en la segunda entrega de la inevitable saga todo se queda en un calco, un erial yermo y adocenado, donde el exceso de vitaminas y la acumulación de batidos energizantes causa una severa inanición: todo acaba siendo episódico y prescindible, con una trama indigna de ostentar tal nombre, unas situaciones que por su obsesiva acumulación arbitraria acaban por fatigar, donde los lugares comunes engullen cualquier atisbo de ingenio, repetición cansina de las consabidas mejores jugadas que ya hemos visto antes y mejor plasmadas, en definitiva, un indecoroso refrito de mercadotecnia, cuya ramplonería y reiteración producen hastío.

Todo lo anterior no impide que la película se vea con una media sonrisa cómplice y bullanguera, que a ratos brille la ironía, que se disfrute la alocada galería de personajes y situaciones que pueblan la historia, que se paladee el sabroso crepitar de reírse de todo y de todos, que se admire la ausencia de tabúes y te seduzca la desvergonzada algarabía que se despliega sin pudor ante nuestros ojos. Pero el metraje es excesivo, todo ocurre sin ton ni son, por la caprichosa voluntad de los guionistas, renunciando a hilar fino o a proponer algo más que un artefacto caro e intrascendente, bien elaborado y dirigido pero carente de una mínima coherencia que haga olvidar las demasiado visibles costuras que delatan el artificio y achatan el resultado final.

Como casi siempre en el cine británico, los actores son lo mejor de la función. Algunos están desaprovechados – o quizás sólo se trata de presentarlos para luego sacarles partido en alguna entrega posterior – pero casi todos ellos disfrutan con las caricaturas parlantes que les ha tocado en suerte encarnar: Julianne Moore está estupenda como la pérfida narcotraficante que vive desolada por no ser reconocida y celebrada como la inigualable mujer de negocios que cree ser; Elton John está soberbio interpretándose a sí mismo y nos hace gozar burlándose sin piedad ni decoro de su propio personaje y excesos; Taron Egerton vuelve a brillar como el dandi agente secreto salido de los arrabales, gentleman a tiempo parcial y proletario sin tapujos en sus horas libres. Pero casi todo el reparto yanqui parece haber sido impuesto como pretexto para agradar a la taquilla americana, sin aportar nada más.

En resumen: simpática, simple e insignificante. Pero entretenida.
antonalva
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