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Voto de antonalva:
6
Comedia Han pasado los años y Shuzo y su esposa Tomiko tiene problemas matrimoniales. Su hijo mayor Konosuke, se pregunta si su padre ya no tiene edad para conducir. Así que con la ayuda de su mujer y de sus hermanos organizan un plan para quitarle el carnet de conducir. Pero alguien reaparece en la vida de Shuzo. Secuela de 'Maravillosa familia de Tokio'. (FILMAFFINITY)
7 de abril de 2018
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la actualidad existen dos veteranos y pletóricos directores de cine que parecen querer emular al matusalén – ya fallecido – del cine, el portugués Manoel de Oliveira (1908-2015), y mantienen una lucha encarnizada e incruenta para convertirse en los más longevos e incombustibles cineastas en activo: el californiano Clint Eastwood (de casi 88 años) y el japonés Yôji Yamada (camino de sus 87 primaveras). Aparte de esa carrera por alcanzar una loca e improbable meta que cada vez parece más incontenible y bíblica, comparten una mirada humanista y cálida hacia los seres humanos, llena de afecto, complicidad y ternura por cada uno de los diversos especímenes que retratan en sus obras.

En Occidente, del decano japonés quizás lo más reconocido sea su denominada trilogía de Samuráis – “El Ocaso del Samurái” (2002), “The hidden blade: la espada oculta” (2004) y “Love and Honor: El catador de venenos” (2006), basadas en tres novelas de Shuhei Fujisawa – pero en realidad es un afanoso director que lleva en activo desde 1961, con más de 80 irregulares títulos en su filmografía y que casi siempre ha trabajado para el estudio Shochiku. Es decir, una laboriosa y perseverante hormiguita que casi todos los años ha realizado más de una obrilla, por lo general para uso y disfrute del archipiélago del Sol Naciente, aunque cosechando al mismo tiempo premios y reconocimiento en festivales y mercados de todo el orbe.

Ahora nos llega una secuela de otra secuela de lo que en su origen había sido un inesperado y triunfante homenaje a “Cuentos de Tokio” (1953) del maestro Yasujiro Ozu: “Una familia de Tokio” (2013). Eso nos muestra que parece más interesado en estirar hasta la extenuación el chicle del éxito que no en contarnos una historia de nuevo cuño o en explorar terrenos desconocidos. Volver una y otra vez sobre lo mismo – ya tiene terminada una sub-secuela – acaba produciendo algo de fatiga y pereza.

Es una pena que la veterana ‘abuela’ Kazuko Yoshiyuki (de 82 años) apenas haga acto de presencia – lo cual es una decepción, porque su papel resultaba el más entrañable de todo el dispar elenco familiar – y quizás se centre en exceso en las peripecias peripatéticas del ‘abuelo’ Isao Hashizume (de 76 años) – el personaje más plasta e histriónico de todos ellos, que me hizo pensar en un indestructible Paco Martínez Soria nipón – pero la verdad es que aunque sea una mera regurgitación fruto del modesto éxito local de las películas precedentes, tiene una factura y un porte, una frescura chusca y burlona que resultan afectuosas y simpáticas.

¿Prescindible? Sin duda... Pero también llena de un inexplicable encanto.
antonalva
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