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Voto de antonalva:
8
Drama. Comedia Principios del siglo XVIII. Inglaterra está en guerra contra Francia. Una reina debilitada, Anne (Olivia Colman), ocupa el trono, mientras que su amiga Lady Sarah (Rachel Weisz) gobierna en la práctica el país en su lugar, debido al precario estado de salud y al carácter inestable de la monarca. Cuando una nueva sirvienta, Abigail (Emma Stone), aparece en palacio, su encanto seduce a Sarah. Esta ayuda a Abigail, la cual ve una ... [+]
28 de febrero de 2019
22 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor del cine histórico es la posibilidad no sólo de arrojar luz sobre oscuros eventos del pasado, sino también la de podernos esclarecer y hacernos comprender nuestro propio obtuso presente. Desconocía la existencia de la Reina Ana de Gran Bretaña y desconozco si el retrato que se hace de ella, de su época y de su corte se ciñe a la realidad histórica o es una fabulación fantasiosa, pero más allá de los muchos logros artísticos de la cinta – que es una delicia tanto visual como humorística – nos sirve como metáfora del barrizal nacional español, en la persona del Favorito de los Dioses y los Electores, el ínclito y sin igual Pedro Sánchez, ese emisario de la Buena Nueva de un mundo más justo, más igualitario, más inclusivo, más dialogante, más femenino y celestial.

La cinta nos habla de la caída en desgracia de la favorita de la Reina, Lady Sarah Churchill, Duquesa de Marlborough y la paulatina sustitución por una nueva favorita, la trepadora Abigail Masham, prima de la anterior y mujer de un terco objetivo: su beneficio personal. Antes de su advenimiento sólo existía oscurantismo e intolerancia, tras su fulgurante ascenso comienza la verdadera HISTORIA de la HUMANIDAD. ¿A alguien le resuena esta vanidosa matraca indigesta de autopromoción? No hay mejor ciego (o sordo) que el que no quiere ver (o entender). Lo mejor de esta película es su contagioso sentido del humor, sus chispeantes diálogos llenos de aristas y mala leche y su capacidad de crear personajes de carne y hueso que iluminan los recovecos más siniestros del alma y que buscan por cualquier medio atornillarse a un puesto en el que sentirse insustituibles y guarecidos en esta vida llena de decepciones, fracasos y humillaciones.

No me suele gustar el cine de Yorgos Lanthimos, pero en este caso le ha salido una obra redonda. El guion es excelente, el tono bascula entre la parodia hilarante y una respetuosa reconstrucción estética, llena de meticulosos y suculentos detalles que nos acercan a los albores del siglo XVIII como si fuéramos testigos privilegiados de la corte y sus quebrantos diarios. Y sobre todo gracias a contar con tres actrices excelentes que dan lo mejor de sí mismas. Están tan perfectas, tan mimetizadas con sus papeles que se hace imposible decantarse por ninguna de ellas: Olivia Colman es la encarnación de la regente sin mando, Emma Stone es la favorita incombustible, sólo atenta a su medro personal, mientras que Rachel Weisz (inconmensurable) es la estadista caída en desgracia que se consolará con una larga vida envuelta en riquezas y nostalgia.

Pregunta para el negro de Pedro Sánchez: ¿Quién de las tres es una mera nota a pie de página?
antonalva
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