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Voto de antonalva:
7
7,2
2.514
Documental En el norte de la Península Ibérica se levanta una gran cordillera de más de 400 Km. como si se tratara de una gran muralla paralela a la costa del Mar Cantábrico. En su otra cara, la cordillera Cantábrica está repleta de cañones y bosques. Gracias a la influencia del mar y las elevadas precipitaciones, se ha originado una amplia vegetación en los bosques, y es el lugar perfecto para esconder un gran número de animales y otras formas de ... [+]
9 de abril de 2017
34 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un buen documental sobre la fauna cantábrica… y, sin embargo, no acabo de entender el entusiasmo unánime con el que ha sido aplaudida por casi todos. No cabe duda que tiene muchos puntos admirables: unas imágenes bellísimas, una fotografía espectacular, una estructura cuidada y llena de encanto que toma el paso por las diferentes estaciones como referente natural, la atención por el detalle primoroso como motor de la narración, la observación de todo tipo de animales – desde los más grandes y conocidos hasta los más pequeños e ignorados – y el mimo por mostrar las interconexiones entre todos ellos.

Sin embargo, también tiene pequeños lunares que la afean y achatan: una voz en off de locutor engolado y profesional (que lo mismo te vende una nevera que te pondera las bondades de un automóvil) demasiado insistente que aplana el conjunto y convierte el espectáculo visual en una mera mercancía que nos tratasen de vender, el tonillo didáctico algo cansino y trasnochado, un texto que no está a la altura de las estampas mostradas, la sensación de que estamos viendo en una sala de cine algo que tendría una más apropiada cabida en la televisión, la total y absoluta falta de originalidad del enfoque y planteamiento, que ni explora caminos nuevos ni propone ideas rompedoras. En fin, estamos ante el típico documental de animales salvajes – y poco más.

Es decir, se agradece ver una obra tan cuidada y bien elaborada, pero se echa en falta una pizca de atrevimiento y una mayor originalidad. Lo hemos visto antes y lo hemos visto siempre con máximo interés – y nos evoca la memoria de aquella labor tan notoria como pionera del trágicamente accidentado Félix Rodríguez de la Fuente – pero al finalizar la proyección uno se queda con la sensación de estar en el salón de casa, queriendo cambiar de canal o ir a buscar una cerveza para saborear y comentar lo visto, pero resulta que se tiene que coger el coche para refugiarse en la madriguera de la que quizás no se debió de salir para esto.

Quizás se haya alabado sobre todo que se haya estrenado en el circuito comercial, que sea posible ver cine diferente en salas convencionales, que nos traigan a colación una riqueza incalculable que está a un tiro de piedra y que sin embargo – como urbanistas descastados que somos – ignoramos casi en su totalidad. Bella y magnífica pero trillada.
antonalva
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