Haz click aquí para copiar la URL
Voto de antonalva:
5
Drama Dahai, un minero exasperado por la corrupción de los dirigentes de su pueblo, decide pasar a la acción. San'er, un emigrante, descubre las infinitas posibilidades que le ofrece su arma. Xiaoyu, recepcionista en una sauna, no soporta más el acoso de un cliente rico. Xiaohui pasa de un trabajo a otro en condiciones cada vez más degradantes. Cuatro personajes, cuatro provincias, una reflexión sobre la China contemporánea: una sociedad con ... [+]
3 de agosto de 2014
23 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué tienen las dictaduras comunistas que cuando las critican se toma siempre – por (casi) todo el mundo – como una censura del capitalismo? Qué arte maléfico y retorcido el de impermeabilizarse contra cualquier reproche, juicio o censura, tirando balones fuera, como si no los estuvieran criticando por lo que son o por cómo son, sino por lo que han dejado de ser (esa esencia comunista prístina e inmaculada) o por lo que aspiran a llegar a ser algún día. ¡Menuda ceguera más recalcitrante la de no saber encajar la reprobación y desviar siempre la atención hacia los otros, los demás, lo extranjero o lo que no se acepta porque, se concluye, que todo lo tóxico es ajeno y lo propio ni está podrido ni puede llegar a estarlo jamás!

Causa cansancio y fatiga este automatismo fanático y doctrinal que no me deja de maravillar por su unánime prevalencia, sobre todo en el así llamado ‘mundo occidental’. Qué fatiga y vergüenza ajena supone soportar las loas, ditirambos o diatribas a una película por los motivos o causas anecdóticas o secundarias, sin entrar en el meollo de la cuestión. Es decir, ¿se trata de una buena o mala película, independientemente de la instrumentalización a la que se la quiera someter? Y en este caso estamos ante un fallido intento de usar la violencia como vehículo exclusivo de unas escenas deshilvanadas que producen más cansancio y tedio que emoción y admiración. Hay tal cúmulo de atrocidades y crueldad que se vuelve repulsiva e ingrata de ver.

Cabe destacar sobre todo la absoluta falta de empatía hacia la gente que sufre, hacia los personajes que retrata, hacia los sinsabores que refleja, hacia la absurda vesania de casi todos los sujetos que pueblan este huraño mosaico de excesos. La estupidez y los enjuagues mendaces parecen moneda de cambio cotidiano en un mundo ayuno de amor, compasión, solidaridad y ternura. Sólo lo pútrido tiene cabida en este rompecabezas premioso, repetitivo y mendaz que pretende erigirse en un retablo de las desdichas y solo alcanza el aburrimiento y la indiferencia por parte del espectador hastiado, más cercano a la repugnancia y el desinterés que por elucubrar sesudos manifiestos políticos o en encontrar mensajes, censuras o consignas que hagan digerible lo que es un mero catálogo de brutalidad y barbarie.

Hay un embrión de película interesante que intenta abrirse paso, pero queda sepultado bajo la losa de una solemnidad irritante y quejosa, más atenta a inventariar la enajenación y los excesos que en acompañar o involucrar al espectador. Puro fuego fatuo.
antonalva
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow