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Voto de antonalva:
7
Drama. Romance Carmen es una adolescente gitana que vive en el extrarradio de Madrid. Como cualquier otra gitana, está destinada a vivir una vida que se repite generación tras generación: casarse y criar a tantos niños como sea posible. Pero un día conoce a Lola, una gitana poco común que sueña con ir a la universidad, dibuja graffitis de pájaros y es diferente. Carmen desarrolla rápidamente una complicidad con Lola, y ambas tratarán de llevar hacia ... [+]
11 de septiembre de 2018
89 de 100 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces el cine español da en la diana cuando uno menos se lo espera. Temía encontrarme con una cinta saturada de tópicos, buenas intenciones y costumbrismo rancio… y para mi sorpresa descubrí un filme lleno de sensibilidad, desgarro, algarabía y fraternidad, que, si bien resulta poco imaginativo en su desarrollo, acierta a retratar con respeto, calidez y veracidad un mundo tan próximo como desconocido, tan ensombrecido por los prejuicios, tan rechazado por una indeleble mala fama ancestral, tan vituperado como ignorado como son los gitanos. Y además se atreve – con descaro y habilidad – a centrarse en un amor adolescente entre dos mujeres, enfrentándolas al imperante machismo intransigente de sus hombres y al pánico turbador del qué dirán de sus mujeres.

Por lo tanto, aborda con insospechado éxito dos asuntos tenazmente inexplorados (como si fueran invisibles o inexistentes): el lesbianismo y el mundo calé. Y creo que el mayor acierto – entre los muchos que pueden destacarse – estriba en un juicioso y sólido guion que sabe dar vida a unos personajes creíbles, creando situaciones cotidianas llenas de colorido y sinceridad, que rezuman frescura y atención, que hacen avanzar el dramatismo de la trama sin fastidiosos énfasis ni subrayados, que enmarca con destreza y mimo lo asfixiante de una realidad que engulle al individuo hasta convertirlo en prisionero de los arcaicos mandatos de su comunidad. Y lo logra mostrando siempre una legítima ternura y empatía hacia cada una de las reacciones y motivaciones de todos los implicados, sin forzar la emoción, sin impostar el tono, sin negar la congoja y sin menospreciar a nadie.

Quizás la dirección de este primer largometraje de Arantxa Echevarria (así mismo responsable del guion y de la producción) sea lo menos brillante del conjunto, aunque sí consigue acoger y dar prestancia tanto a la atormentada odisea juvenil como a las pinceladas localistas llenas de textura, embrujo y fragancia que permiten apreciar mejor el retrato claustrofóbico y obsesivo donde se encuadran los hechos. La abigarrada coctelera en la que se agitan y hierven costumbres, hablas, comportamientos e idiosincrasias resulta tan deslumbrante como verosímil, configurando un retablo cautivador que seduce y engancha desde el inicio. También la excelente elección y aplomo de un compacto elenco de actores – en su mayoría primerizos – añade un toque encomiable de naturalidad y hondura a sus cometidos.

Se agradece tanto el toque de atrevimiento y hedonismo que preside la obra como el clamor irrenunciable hacia un mundo más libre, acogedor y comprensivo, donde la diferencia, del tipo que sea, forme parte innata de la vida. Además, nos regala con una secuencia estremecedora entre una madre y su hija, donde se entrecruzan el amor, la incomprensión, el desconsuelo y la angustia. Memorable.
antonalva
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