Haz click aquí para copiar la URL
Voto de antonalva:
5
Acción. Aventuras. Thriller James Bond recibe un críptico mensaje del pasado que le confía una misión secreta que lo lleva a México D.F. y a Roma, donde conoce a Lucía Sciarra, la hermosa viuda de un infame criminal. Bond se infiltra en una reunión secreta y descubre la existencia de una siniestra organización conocida como SPECTRE. Mientras tanto, en Londres, el nuevo director del Centro para la Seguridad Nacional cuestiona las acciones de Bond y pone en duda la ... [+]
7 de noviembre de 2015
164 de 229 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tosca espiral de reincidencias. Han pasado ya más de cincuenta años y estamos ante un notorio estancamiento de la franquicia. Incuestionable desequilibrio de contar con un buen director – por ejemplo, el excelente plano-secuencia con el que se abre la cinta – que apenas intenta o consigue salvar un guión lleno de referencias, homenajes, guiños y citas, pero previsible, embotado y sin un ápice de ingenio, ni de chispa, ni de humor. Se comprueba que estamos antes un adocenado artilugio brillante, vistoso, lleno de localizaciones diversas y dispersas, creado para generar dinero, venderse a todo el mundo, consumirse como espuma de mar y olvidarse nada más concluida su proyección.

Repetición y estancamiento. Reiteración cansina y anquilosamiento tedioso. Estribillo sin brillo y empacho sin gancho. Regurgitación de tópicos y monsergas que hemos visto antes, hemos visto mejor y con más convicción, embeleso y alegría. Es un camino ya transitado que apenas ofrece nada sustancioso, con un mínimo de garra o brío, sin fulgor ni empaque. Hay un evidente cansancio de Daniel Craig que parece no disfrutar de nada de lo que hace, nada de lo que dice, ni nada de lo que acomete, ya sea sólo o acompañado, hasta al traje no le sienta bien, se le arruga y sus muecas son tan tristonas y aburridas que contagian de apatía al espectador.

Esta palpable fatiga contamina al villano de la cinta – que se supone que es un compendio de vileza, infamia y traición – que aparece desganado, desvigorizado, aplanado e impotente y que ni produce sensación de amenaza ni pasará a los anales de la canallesca prefabricada. Produce vergüenza ajena ver a un Christoph Waltz tan romo y achatado, tan canijo y envidioso, tan pusilánime y atormentado que sonroja, imbuido de odio fraternal que más parece necesitado de un tratamiento terapéutico acelerado y no tanto de un arresto inminente o de su cantada aniquilación personal. Nunca un sinvergüenza de opereta deja tan frío, produce tanta mortificante indiferencia y colosal aburrimiento.

Caminar para no ir a ninguna parte. Aparentar movimiento para no desplazarse ni un milímetro del tópico trillado ni de los patosos y pantanosos lugares comunes. Caro, muy caro juguete que huele a detritus y aguas estancadas. Solo brilla una hermosa y fascinante Léa Seydoux que no consigue salvar la función con sus mohines y arrebatos inconsecuentes. No hay forma de vigorizar una función que ha nacido muerta. Tendrá un público fiel pero no se lo merece. Agradecerán no haberla visto.
antonalva
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow