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Voto de antonalva:
7
Comedia Película biográfica con toques de comedia sobre el cineasta y artista Guillaume Gallienne. Se centra sobre todo en la estrecha relación que tenía con su madre. Un recorrido por las emociones, los recuerdos y la familia. (FILMAFFINITY)
31 de marzo de 2014
41 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como comedia esta película funciona muy bien: abraza sus aclamados orígenes teatrales y nos ofrece un minucioso recuento sobre los tópicos y tribulaciones más comunes, trillados y predecibles del mundo audiovisual actual sobre la identidad sexual de un adolescente (donde creemos que lo sabemos todo y que una imagen vale más que mil palabras y que sabemos más que cualquier sesudo contertulio con solo echar una fugaz mirada sobre los acontecimientos), pero sometiéndolos a una exposición llena de ternura, sinceridad, matizada hondura, utilizando lo previsible como mera forma para forjar y alentar el humor, pero desvelando al mismo tiempo una amargura y un calvario íntimo que abre las carnes a poco atento que uno esté al devenir de los hechos.

Porque esta cinta no es sólo una comedia. Lo cómico – lo paródico (como las sevillanas que baila con delectación el protagonista en lo más ‘feo’ de España; como el ambiente de internado británico tan atento a la camaradería como al desinterés) – está siempre enfocado y resuelto con mimo y afecto, nunca como arma arrojadiza o con desprecio, sino siempre desde el respeto y cariño que nos brinda toda la diversidad humana, sea cual sea su manifestación. El caso es lanzarse de cabeza a saborear la vida en su variedad y complejidad, aunque por el camino nos acechen las lágrimas o nos quiebren los sobresaltos y decepciones. Pero vivir la vida es vivirla plenamente, desde la experiencia, desde la admiración, desde una mirada esponjosa y llena de ardor.

En fin, la película realmente trata sobre la dificultad de labrarse un camino propio, personal e irreductible, sorteando los tópicos, soslayando las adversidades, eludiendo las mañosas y dolosas etiquetas que los demás están prestos a arrojarnos a la cara como afrenta, como desprecio, como insulto, como agravio, como forma de no pararse a escuchar y ver la vida en su diversa complejidad e imprevisible contradicción. Los lugares comunes suelen ser la mejor trampa para no ver la pluralidad y quedarnos con lo conocido, impidiéndonos bucear en la rica textura de la diversidad humana. Y esto es el canto y loa de esta película, sincera confesión a corazón abierto que muestra sin ambages ni disimulos lo difícil que resulta buscar el propio camino entre tanto listillo que nos rodea.

No hay mejor ciego que el que no quiere ver. Y nos lo podemos aplicar todos, tanto cuando miramos alrededor como cuando nos miramos a nosotros mismo. Y esta honesta e irreprochable cinta nos recuerda que somos falibles e imperfectos y estamos llenos de sorpresas y recursos, capaces de renacer y recomponernos ante cualquier adversidad y ante cualquier mirada, por tóxica o indiferente que sea. Busquen más allá de lo obvio y encontrarán un tesoro… y no sólo me refiero a esta cinta.
antonalva
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