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Voto de antonalva:
7
Drama Una familia con problemas tiene que afrontar los hechos después de un grave suceso en el lejano control fronterizo donde estaba destinado su hijo cuando realizaba su servicio militar. (FILMAFFINITY)
5 de marzo de 2018
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pensar en el vilipendiado Estado de Israel es pensar en el Holocausto, en las interminables guerras con casi todos sus vecinos – por lo general y casi unánimemente vencidos – o en la intifada palestina, pero pocas veces pensamos en las personas de carne y hueso que habitan ese emplazamiento histórico del pueblo judío cuya crónica se remonta a miles de años atrás y cuya cultura ha impregnado e impregna toda la tradición occidental, ya sea de forma directa o indirecta. El enigma que rodea toda su lacerante existencia es una de las grandes incógnitas de la humanidad: ¿qué hacemos los unos para mantenernos enfrentados a los otros, sea por el motivo o causa que sea? El incesante enfrentamiento fratricida entre las tres religiones monoteístas – que además albergan el mismo origen semítico – es uno de los arcanos que más sangre ha vertido y más ríos de tinta ha hecho correr a lo largo de los siglos. Revisar, penetrar y cuestionar sus implicaciones actuales es casi una obligación moral.

Y pocos pueblos tan propicios y propensos a la reflexión como el judío, cuyo pensamiento ha venido echando luz – y también sombra – a algunas de las atrocidades y afrentas más indignas de la humanidad, tinieblas impías que envuelven a los letales linajes dispersos de los efímeros y batalladores seres terrenales de un manto realizado con jirones funestos cuyo efecto seguimos padeciendo hasta el vergonzoso y nauseabundo presente. Por eso asistimos aquí a una tragedia en dos actos – con un intermedio chusco y burlón, que quizás se alarga en demasía – que apunta hacia una tímida reconciliación espolvoreada con destellos de esperanza. La muerte es siempre una tragedia para los supervivientes, tanto más cuanto más joven es el interfecto; por ello conviene advertir que polvo somos y en polvo nos convertimos para no henchirnos de solemnidad ni artificio que el tiempo borra y la memoria olvida.

No somos el centro del universo y mientras antes nos demos cuenta de ello tanto mejor para todos. En el ínterin tenemos que contentarnos con fatigar y repetir nuestros errores – como el pobre de Sísifo – hasta percatarnos que somos tan prescindibles como la arenilla que borra los senderos que tratamos de recorrer a tientas y a ciegas como estúpidos mortales, sin otro asidero que nuestra empecinada voluntad y una alucinada brújula loca que disfruta confundiéndonos a cada traspiés.

Película imperfecta, sugerente y ecléctica que plantea las preguntas adecuadas sin abocetar ni subrayar sus posibles soluciones, aderezada de un humor minimalista y patético que quizás no sea del agrado del gran público pero que nos enfrenta a nuestra obscena ignorancia secular.
antonalva
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