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Voto de EuTheRocker:
5
Drama En el año 2006, Julian Assange y Daniel Domscheit-Berg crean WikiLeaks, una plataforma que se dedica a filtrar, de modo anónimo, información secreta sobre los turbios manejos de la política gubernamental y sobre los crímenes de las grandes empresas. Pero cuando Assange y Berg tienen acceso a numerosos documentos confidenciales que afectan a los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, se enfrentarán a una de las cuestiones ... [+]
24 de octubre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Julian Assange y Wikileaks, son nombres propios de la historia reciente. Ambos forman parte de un proceso de dinamitación del periodismo clásico a través del empleo de Internet como arma arrojadiza contra villanos y malhechores que campan a sus anchas por nuestro mundo; gigantes corporativos y demás escoria pseudopolítica que envenena nuestra sociedad con sus mentiras y acciones. Por ello, el séptimo arte no ha tardado en encontrar filón en la historia de un personaje nacido para encontrar su alter-ego en la gran pantalla y acercar el mito (mitad héroe, mitad antihéroe) al público.

En esa labor, Bill Condon busca su propia estética para reflejar la vida y obra de Assange, que encarna correctamente Benedict Cumberbatch, y que se postula como uno de los actores de moda; y su relación con el ahora disidente de Wikileaks, y en su momento mano derecha de "el gran hombre", Daniel Domscheit-Berg, interpretado por un excelente Daniel Brühl. En esa búsqueda de originalidad formal, el director de "Dioses y monstruos" propone un montaje frenético y arriesgado que en los primeros compases resulta interesante, pero que al final del metraje, pesa en exceso y termina saturando al espectador. La culpa de ese hastío, no es tanto de la repetición formal, como del distanciamiento del autor por lo que esta contando. En la propuesta de Condon, hay recuerdos y aromas que traen a la mente la genial "La red social"; pero donde la película de Fincher contaba con un excelente guión, aquí nos topamos de bruces con una historia que falla en uno de los puntos más importantes de la elaboración de la trama: el desenlace pierde ritmo frente al resto de la obra. Cuando se espera un final acorde al ritmo impuesto en los minutos precedentes, el último tramo de "El quinto poder" se desinfla perdiendo en tensión e intriga. A lo que se une una imparcialidad demasiado clara en su posicionamiento de la narración, algo que paradójicamente choca con uno de los principios que defiende el protagonista de la cinta, lanzando dentro de la obra piedras contra su propio tejado de manera incomprensible.

No se puede recriminar a Condon sus buenas intenciones, pero es una lástima que no consiga llevarlas a buen puerto, porque al final, su última película, termina convirtiéndose en una cinta con más aspiraciones telefílmicas de las que desearía, y desluciendo en la gran pantalla; convirtiéndose en un correcto thriller político que perdura en la memoria menos tiempo del que los hechos en los que se basa merecen.
EuTheRocker
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