Es una cinta muy bien hecha, entretenida, graciosa a ratos, terrible a otros, con miserias y alegrías compartidas por muchas personas que se identifican parcialmente con los acontecimientos que nos cuenta. Recibir de golpe un accidente de la persona con la que compartes tu vida y, descubrir cosas que te hieren y te duelen, no es plato de gusto. A partir de ahí se suceden las emociones lógicas: rabia, dolor, humillación, curiosidad,... y, quizás al final, perdón. Pero esto en sí, no es algo que por sí mismo sea interesante, ya se ha visto muchas veces. Lo que gusta es la manera de contarlo. La peculiaridad de estos personajes que, intentan saber y hacen lo posible por averiguar. La joven Alex me ha sorprendido mucho. Además de ser guapa, interpreta a la perfección su papel de adolescente rica aburrida, rebelde y descarada. Su amigo es un elemento friki que al final cae simpático. La pequeña lucha como puede para vencer un momento tan trágico con solo 10 años. El padre se da cuenta de que vivía ajeno a su propia realidad y, trata de asumirlo y enmendarlo tragándose la frustración que siente por haber sido traicionado e, impotente por no poder tener una segunda oportunidad para ver si podía haber cambiado las cosas. De fondo, una negociación familiar sobre la posible venta de unos terrenos: ética y valores contra goloso dinero. El problema es que, siendo un pretendido drama con toques de optimismo y humor, resulta difícil meterse en la parte dramática de manera más intensa cuando, ves que, realmente, eso no es solo que le pase a cientos de parejas en este mundo... es que además, lo normal, es que este tipo de historias en el mundo de a pie, suelen ser mucho más duras que lo que trasciende en este escenario. Me refiero a que, un accidente que postra a alguien en la cama de esta manera, conlleva no sólo el drama en sí de esta situación sino que arrastra otras cosas que aquí no aparecen... Él es un abogado millonario, puede acompañar a su esposa en la misma habitación, las niñas están en colegios caros y pueden ir o no, viajar de isla a isla persiguiendo a un señor con un amigo y, nada pasa. Nada revoluciona su economía, su día a día. Están como de vacaciones... En una familia normal, esto conllevaría problemas de todo tipo: emocionales, de horarios, económicos, laborales,... Aquí es como un "contratiempo" que marca una pequeña revolución... poco más. Así es complicado meterse en las emociones que deben sentirse cuando un secreto como ese afecta a la vida de alguien. Lo hace demasiado light. No es que eso sea malo. Para dramones intensos están Precious y otras. Vale, no han querido mostrar la historia como una desgarradora visión. Pero, eso hace que no te tomes tan en serio la conmoción en la que se supone que se basa la historia.