Por fin pude comprar esta película de la que tanto había oído hablar. Pasé de la curiosidad al desasosiego y la desesperanza porque...no entendía nada. Intuía, trataba de ver, me parecía que... pero...seguía sin aclararme y, eso a pesar de que, la historia engancha. Todos me parecían buenos o ¿malos? o, ambas cosas. Sospechas contínuas sobre por qué, quién, para qué, cómo,.... Ufff, una comedura de tarro de las gordas, ja,ja,... Al final, pues eso, sí pero no o, quizás. El caso es que es diferente, inquietante y perturbadora. La famosa escena de cama es maravillosa, por lo que significa para los personajes en ese momento, por lo natural, por el montaje, por todo. No puedes evitar sonreir al ver que pese a lo desgraciado del reciente suceso, a veces, la vida te da pequeños instantes de gloria para si no olvidar...al menos que parezca que vas a poder. Venecia es un personaje más. Alejada de la imagen turística, se muestra sucia, miserable, vieja, descuidada,... como realmente lo es en cuanto te alejas de San Marcos y el Palacio Ducal. Yo también me perdí buscando un restaurante de noche (a pesar de haberlo "localizado perfectamente" de día). Recorriendo intrincados callejones acabas con esa mezcla de miedo y frustración. Todas las calles parecen la misma. Por todas crees haber pasado antes... Las hermanas son o parecen ser, al igual que el obispo o, la propia pareja protagonista. Desconfías, temes y, compruebas. La música es cierto que ayuda y, casi puedes decir que si Venecia era un personaje más, las melodías son otro miembro del reparto.