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Voto de Quatermain80:
7
Cine negro Un hombre inocente, recién salido de la cárcel, decide buscar a los que lo mandaron a prisión para vengarse de ellos. (FILMAFFINITY)
31 de mayo de 2015
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un más que estimable debut cinematográfico de Robert Parrish de la mano del género negro, en el que reincidiría en su siguiente película, la también interesante “The Mob” (“El poder invisible”).

La historia que nos narra toma el ya clásico recurso del preso que, injustamente encarcelado, sale de prisión ansioso por saldar cuentas pendientes, encontrando a su paso un mundo caracterizado por la hipocresía y el cinismo, en el que todos los personajes que le rodean parecen ocultar algo o abrigar segundas intenciones, lo que como es sabido, nunca lleva a nada bueno.

Así, la verdadera fortaleza del argumento no es tanto la tenacidad con la que “Rocky” trata de reconstruir los acontecimientos que le llevaron a la cárcel, sino la descripción de un entorno o unas circunstancias en las que nada, o más bien nadie, es lo que parece. Para ello resultan fundamentales los personajes secundarios, especialmente quien acabará siendo el amigo más leal de Rocky, Delong, que aunque finalmente sea mostrado bajo una luz más positiva, no es sino un “interesado” más. Los restantes personajes ilustran, cada uno a su manera, ese mundo de doblez y engaño, pues todos tratan de utilizar a Rocky para sus intereses. Se da así la paradoja de que el más recto y honesto de todos los personajes es el antiguo presidiario, mientras que todos los demás quedan moralmente por debajo, policía incluida, pues no vacila en usar a Rocky como señuelo.

Siendo una obra primeriza, es de destacar la solidez formal de la misma, pues aun siendo de factura sencilla no presenta inconsistencias ni defectos llamativos, circunstancia que puede deberse a la buena labor del director de fotografía, Biroc (habitual del género), y sobre todo a un espléndido guión –a cargo de William Bowers- que no sólo construye acertadamente a los personajes, sino que alcanza gran brillantez en los diálogos, caracterizados por el cinismo y la ironía más descarnados. La dirección de Parrish es correcta, manteniendo una acertada continuidad y un ritmo excelente, que hace que el de por sí escaso metraje transcurra volando. Son llamativas algunas decisiones de ambientación, como el peculiar camping de caravanas (con su desconfiado propietario a la cabeza) en el que transcurre gran parte de la acción, o la secuencia en la que Rocky amenaza a Castro, tendido sobre la mesa, ruleta rusa mediante.

Añadamos a esto una excelente labor por parte de todo el reparto, que más allá de unos correctos Powell (de quien siempre recuerdo que dirigió una película bélica muy entretenida, “Duelo en el Atlántico”) y Fleming, muestra meritorios trabajos de Erdman (Delong), Conrad, que compone un villano (Castro) a la altura requerida, o de los divertidos Jean Porter (Darlene) y Jay Adler (Williams).
Quatermain80
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