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Voto de Quatermain80:
7
Cine negro. Drama. Thriller El ambicioso editor de un periódico ve su éxito amenazado con el regreso de su ex mujer, a la que abandonó veinte años atrás. Tras matarla involuntariamente, se encuentra con que sus mejores periodistas se ocupan de investigar el caso. (FILMAFFINITY)
8 de agosto de 2011
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacia 1952, cuando se realizó el presente filme, la mezcla del mundo del periodismo con las temáticas criminales propias de la serie negra había producido ya muchas notables películas, entre las que podríamos citar "Call Northside 777" de Hathaway, "The Big Clock", de John Farrow (con algunas interesantes similitudes con el argumento de la aquí comentada) o "Deadline USA", de Richard Brooks. Posteriormente aparecerían otros títulos que abundarían en esta línea, alcanzando resultados meritorios, de los que yo destacaría "While the City Sleeps" de Fritz Lang, y "Sweet Smell of Success" de Alexander MacKendrick.

A cargo de esta película, que adapta una novela del también cineasta Samuel Fuller (al que no le gustó demasiado el resultado), encontramos a uno de los realizadores más olvidados hoy en día, incluso dentro del universo de la serie B, y es que poca gente recuerda hoy a Phil Karlson, quien no obstante cuenta en su filmografía con varias películas de calidad, en especial dentro del género negro ("Kansas City Confidential", "99, River Street", etc).

Gran parte del mérito del filme estriba en la naturalidad y eficacia con la que se plantean contexto y argumento (prensa sensacionalista y un crimen que afecta a su máximo representante y promotor), los cuales encuentran un adecuado reflejo en los protagonistas (un editor sin escrúpulos, un periodista ambicioso y una periodista responsable) y un buen apoyo en unos excelentes secundarios. Así, la película navega entre la denuncia de un tipo de prensa que explota el dolor y la humillación ajenos, y el retrato ácido y condenatorio del profesional que se presta a tales métodos, los cuales, paradójicamente, se volverán fatalmente en su contra.

Formalmente destacan dos secuencias; la que inicia la película, en la que una cámara situada en un tejado realiza una panorámica de Nueva York, para después describir un picado que muestra a un coche de policía, y finalmente, en un travelling en descenso, acercarnos a una escalera, en la que John Derek "se informa" acerca de un asesinato, resulta narrativamente eficaz y visualmente espléndida. Igualmente lograda, y más característica del cine negro por su dramático uso de la fotografía, es la secuencia en la que el asesino aguarda emboscado a un viejo y alcoholizado periodista, cuya aproximación nos es mostrada en un bello plano nocturno, con las luces de la ciudad y el metro elevado al fondo. Por lo demás, el guión me pareció correcto, aunque como ya he comentado a Fuller no le gustó nada, y las interpretaciones irreprochables, especialmente en el caso de Crawford (un actor tal vez no demasiado versátil, pero magnífico en estos registros) y de los secundarios.
Quatermain80
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