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Voto de Quatermain80:
7
Drama Un hombre con un traje blanco reluciente llega a un pequeño pueblo del sur en vísperas de la integración. Su nombre es Adam Cramer. Se llama a sí mismo un reformador social. Pero su objetivo es incitar a la gente a que no permita que los niños negros entren en la escuela blanca del pueblo. Pronto tiene a los ciudadanos blancos de la ciudad alterados. Cree que los está guiando, pero lo que hace es provocar problemas, que pronto descubre ... [+]
1 de noviembre de 2015
24 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un tanto sepultada bajo la larga lista de películas que debemos al incombustible y difícilmente clasificable (atendiendo a la variedad de géneros que abordó) Roger Corman, destaca este título, seguramente el más ambicioso de su carrera en lo argumental, ya que en lo relativo al presupuesto y tiempo de rodaje las condiciones fueron las típicas de una realización de Corman: escaso el primero, fugaz el segundo.

Aprovechando la actualidad del tema abordado –la persistencia del racismo contra los negros en el sur de EE UU, ejemplificado por el caso de los “nueve de Little Rock”- el realizador muestra considerable nervio y agudeza en el retrato de una sociedad que lleva el segregacionismo en las venas, y que solo necesita un pequeño empujón para traspasar los límites que la más elemental civilización requiere para ser tenida por tal. La obligatoriedad de escolarizar a los negros conjuntamente con los blancos –impuesta por los tribunales federales- ya ha preparado el caldo de cultivo ideal y solo resta encontrar el agente que haga prosperar la enfermedad. Ese agente va a aparecer bajo el rostro sonriente y el atuendo impecable de Adam Cramer, un “vendedor” de pies a cabeza, pero cuyas mercaderías destilan odio, prejuicios y afán de poder. Lo mejor del filme, sin duda, es este personaje, soberbiamente interpretado por Shatner (que seguramente nunca estuvo mejor que aquí), y como logra manipular los odios larvados de la gente para conseguir sus fines. En cierto modo, mientras lo veía, me recordaba a otro personaje temible, el Elmer Gantry de la homónima película de Richard Brooks (“El fuego y la palabra”), otro embaucador nato.

Pero en este caso nuestro “charlatán” no es tan solo un embaucador de simples desesperados –que también-, sino un encantador de serpientes, pues no otra cosa son la mayor parte de los habitantes de ese pueblo sureño, Caxton, en el que se ambienta la historia. Casi todos ellos son retratados como racistas convencidos, con algunas honrosas excepciones –el editor del periódico, el director del instituto- que sirven a Corman como contrapeso, al tiempo que funcionan como “portavoces” de la posición personal del director. Del mismo modo, el personaje de Cramer encuentra su opuesto en Sam Griffin, no por casualidad vendedor ambulante, y que bajo su apariencia simple y vulgar, es un perspicaz conocedor de las personas, como pronto demostrará su enfrentamiento con Adam. En cuanto al origen de dicho enfrentamiento, del que no diré nada concreto, se basa precisamente en el afán de Cramer de manipular a los demás, explotando sus debilidades y flaquezas.

El filme posee un ritmo excelente que marca un sostenido crescendo desde el resentimiento latente del comienzo hasta la violencia desatada del final, violencia que sobrepasa a su instigador y a sus propios esbirros, como es natural que ocurra cuando la masa retroalimenta sus más bajas pasiones. Es una lástima que la resolución parezca un tanto apresurada y considerablemente más torpe que el resto del desarrollo argumental, hasta entonces francamente notable.

Rodada en tres semanas y con 80.000 pavos, utilizando a extras que apenas si sabían que lo eran (si parecen tan convincentes es porque muchos eran tan segregacionistas en la realidad como en la ficción) y viajando de un pueblo a otro de Missouri, en ocasiones huyendo de las muy serias advertencias de los “Sheriffs” locales, el resultado global es de lo más meritorio, siendo lamentable el fracaso comercial de la película (el primero que cosechaba Corman tras una larga lista de éxitos dentro de la serie B); esperemos que el tiempo y los comentarios positivos de otros compañeros contribuyan a remediar tan injusta situación, aunque me temo que en lo económico poco podremos conseguir a estas alturas.
Quatermain80
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