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Voto de Elcinederamon:
7
18 de abril de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los crímenes del museo de cera de André De Toth es un film de intriga y terror basado es un escultor de figuras de cera que discute con su socio acerca del futuro del museo, desencadenándose una pelea que termina con el museo quemado y el escultor desaparecido. Dirigida con un ritmo vigoroso y con un estilo que mezcla con acierto dos géneros como la intriga y el terror en una época en la que aún no se habían conseguido realizar grandes películas en la mezcla de estas categorías, es una obra magnífica que inquieta y mantiene al público expectante de lo que se le va ofreciendo para ir atando cabos y disfrutando de el progreso, concluyendo una película recordable que deja buenas sensaciones tras su visionado para ser recordado como un digno film.
La fotografía en color es evocadora e impactante en ciertas escenas, desconcertando al público con un trabajo lúgubre que hace gran uso de los claroscuros al estar bien cuidada en detalles. La música es turbadora e inquietante en las escenas clave, gracias a unas melodías estimulantes que añaden enigma en una arrolladora tarea que cumple con un gran acompañamiento según la acción. Los planos y movimientos de cámara consuman una correcta labor técnica mediante el uso de la cámara en mano, seguimiento, reconocimiento, avanti, retroceso, generales y planos-contraplanos que dan dinamismo al film y sacan lo mejor tanto de las interpretaciones como de la acción. Cabe destacar también, unos efectos competentes para la época que enardecen la violencia acertadamente.
Las actuaciones son cualificadas y cumplidoras. Cuenta con las creíbles interpretaciones de Vincent Price, Phyllis Kirk, Frank Lovejoy, Carolyn Jones, Paul Cavanagh y Paul Picerni. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios y caracterizaciones elegantes y distinguidos por un lado e informales por otro en una sugerente labor que varía según el personaje y que junto con los notables decorados merecen la pena ser destacados.
El guion, escrito por Crane Wilbur, es penetrante en su intrigante trama que va creando poco a poco la atmósfera adecuada para atrapar al espectador, ya que su historia genera gran interés hasta alcanzar un buen final que no se olvida e inmortaliza la obra como algo notable dentro del género que no defrauda a nadie aunque es bastante predecible todo lo que ocurre en su interior. Esto se lleva a cabo con una narrativa educada pero conspiradora que con tono clásico y académico añade más misterio al film.
Para finalizar, la considero una obra imperecedera y notable en el género que atrapa al público con una trama intrigante y con toques de terror que desconciertan eficazmente al público aún siendo una película bastante antigua, logrando dejar satisfecho a los amantes del género. Recomendable por su dirección, guion, fotografía, música, efectos, movimientos de cámara, vestuarios, caracterizaciones y narrativa que hacen de Los crímenes del museo de cera, un film señalado para los seguidores de los thrillers y las cintas de terror sean de la época que sean.
La fotografía en color es evocadora e impactante en ciertas escenas, desconcertando al público con un trabajo lúgubre que hace gran uso de los claroscuros al estar bien cuidada en detalles. La música es turbadora e inquietante en las escenas clave, gracias a unas melodías estimulantes que añaden enigma en una arrolladora tarea que cumple con un gran acompañamiento según la acción. Los planos y movimientos de cámara consuman una correcta labor técnica mediante el uso de la cámara en mano, seguimiento, reconocimiento, avanti, retroceso, generales y planos-contraplanos que dan dinamismo al film y sacan lo mejor tanto de las interpretaciones como de la acción. Cabe destacar también, unos efectos competentes para la época que enardecen la violencia acertadamente.
Las actuaciones son cualificadas y cumplidoras. Cuenta con las creíbles interpretaciones de Vincent Price, Phyllis Kirk, Frank Lovejoy, Carolyn Jones, Paul Cavanagh y Paul Picerni. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios y caracterizaciones elegantes y distinguidos por un lado e informales por otro en una sugerente labor que varía según el personaje y que junto con los notables decorados merecen la pena ser destacados.
El guion, escrito por Crane Wilbur, es penetrante en su intrigante trama que va creando poco a poco la atmósfera adecuada para atrapar al espectador, ya que su historia genera gran interés hasta alcanzar un buen final que no se olvida e inmortaliza la obra como algo notable dentro del género que no defrauda a nadie aunque es bastante predecible todo lo que ocurre en su interior. Esto se lleva a cabo con una narrativa educada pero conspiradora que con tono clásico y académico añade más misterio al film.
Para finalizar, la considero una obra imperecedera y notable en el género que atrapa al público con una trama intrigante y con toques de terror que desconciertan eficazmente al público aún siendo una película bastante antigua, logrando dejar satisfecho a los amantes del género. Recomendable por su dirección, guion, fotografía, música, efectos, movimientos de cámara, vestuarios, caracterizaciones y narrativa que hacen de Los crímenes del museo de cera, un film señalado para los seguidores de los thrillers y las cintas de terror sean de la época que sean.