Miniserie de Telecinco que se sale de lo habitual, a parte de por el formato, por el tema que trata. Dejamos los thrillers por capítulos o los dramones históricos por un drama actual, que se extiende en el tiempo, entre 20 y 30 años, de finales de los 70 hasta principios del nuevo siglo.

Tres jóvenes de un barrio obrero del extrarradio de Madrid, dos hermanos y su vecina, confundidos por sus lealtades y sus amores adolescentes, nos invitan a realizar con ellos el paso de la pubertad a la vida real, donde sales de tu círculo de amigos con los que crecistes y te sentías amparado, como si de un cinturón de seguridad se tratara, a los golpes que te da la vida y el amor, la ambición, las deudas, los primeros sueldos, las primeras responsabilidades de la madurez.

Cada uno de los tres "hermanos" ha elegido su camino, y desde luego, ninguno de ellos en el que había soñado de niño. Desde el mero obrero que acaba por ser líder sindical, pasando por la periodista que se encuentra como corresponsal de guerra transmitiendo el conflicto de los Balcanes, al triunfador universitario que se vende al poder para conseguir el éxito económico.

Pero siempre a lo largo de esos casi treinta años se mantiene ese nexo de unión entre ellos, ese sentimiento de lealtad y confianza que trata de perdurar contra viento y marea.

Y poco más, un tanto fallida la serie más allá del alivio de que Telecinco intente cambiar sus contenidos y nos saque de su cuento de marujeo e irrealidad viviendo las vidas de otros, para mostrar, aunque sea levemente, la realidad de la vida de esa juventud que hace algo más que sentarse en los platos de la cadena en Mujeres, Hombres y viceversa,

Mi nota, aprobado, 5.