“The Cloud-Capped Star” es uno de los mejores filmes de la cinematografría hindú, con ese aire melodramático, y la manera original y devastadora de mostrar el sufrimiento de su protagonista, con ese tratamiento un tanto surrealista del sonido.
Influencias occidentales, depurado estilo y temas como la pobreza o la inquebrantable egoismo e hipocresía que bien podría formar parte de una novela de Dickens. El melodrama sigue un esquema tradicional con heroína maltratada comparado con los más brutales de Douglas Sirk pero aquí brilla recursos más violentos de la puesta en escena y montaje. Como si todo lo que compone el universo personal de la protagonista reflejase sus emociones: el montaje es abrupto cuando tiene que serlo y el sonido deformado y agudo que muestra el interior a punto de explotar y del dolor que poco a poco va avanzando.

Ritwik Ghatak, aparte de un subtexto claramente político sobre la separación física y espititual de un país, nos habla de la bondad, el sacrificio y la respuesta injusta y brutal del destino dejando el karma por los suelos, que difiere aunque es comparable al tratamiento realizado por Roberto Rossellini en “Europa 1951”: ser bondadoso en este cruel mundo sólo puede ser considerado un acto de locura. Aquí el enloquecimiento por el dolor interno se expande con un grito a la eternidad. Es un filme musical pero al contario de esa infantil felicidad se convierte en un melodrama de claroscuros, de estrellas brillantes que deslumbran y finalememte desparecen.