En la primera parte se nos salieron nuestros cerebros por nuestros oídos reventados. En esta segunda intentan rematarnos sacándonos directamente los ojos. Efectivamente es una película que da lo que ofrece: una muerte cerebral segura. Si en “Alvin y las ladillas” tuvimos que sufrir a tres ladillas cantarinas, en esta no sólo tenemos que asimilar que vayan al instituto… sino que aparezcan otras tres ladillas hembras… ¡también cantarinas!

Pero lo peor es que en el insti están los mismos personajes de siempre, las mismas tramas de siempre y ese choque de roles y amistades con un Alvin que va de una versión cani de Cristiano Ronaldo. Perdonad ladillas, pero para eso me tomo ácido o setas alucinógenas y veo un episodio de “High School Musical”.

“Alvin y las ladillas 2” únicamente puede ser entendida como un biopic no autorizado de Beyoncé y las Destiny's Child porque argumentalmente es la película más absurda de la historia del cine. Alvin y las Ladillas tienen un grupo musical conocido en todo el mundo (Las Ladillas, seguramente demandas por Mamá Ladilla), venden millones de discos y hacen giras por todo el mundo… pero siguen viviendo en la misma casa de mierda y lo peor de todo es que se monta un pedazo de pollo por 25.000 dólares. Sí 25.000 dólores… Por favor, si eso es lo que le dan como propina en un concierto al perro que contratan para que les den unos lametones a modo de gomina. Perdonad, no sois unas ladillas, sois unas ladillas agarradas.

“Alvin y las ladillas 2” es todo un pedazo bodrio. Bueno, un bodrio que recaudó 443 millones de dólares en todo el mundo.