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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
6
Drama. Romance Seh-hee y Ji-woo forman una pareja muy enamorada. Llevan juntos dos años, pero, a causa del lento discurrir del tiempo, Seh-hee empieza a sentirse ansiosa y preocupada, temerosa de que Ji-woo pudiera cansarse de ella. Por eso se pone histérica cada vez que ve a Ji-woo prestando la más pequeña atención a otras mujeres. Un día sucede lo que ella se temía: Ji-woo no logra hacer el amor con ella, y sólo lo consigue cuando Seh-hee le propone ... [+]
26 de diciembre de 2006
51 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil vislumbrar hacia qué terrenos se mueve el cine de Kim Ki-duk desde que realizase el que supone el tríptico y eje central de su filmografía: “Dirección desconocida”, “Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera” y “Hierro 3”.
Lo complicado es encontrar un nexo de unión o coherencia entre sus últimos trabajos: el tema recurrente en su obra de la prostitución en “Samaritan Girl”, pasando al retorno del silencio en “El arco” y finalizando en “Time”; en esta última puede ser el poster de “Wild animals” que aparece en la habitación del protagonista, aunque poco tiene que ver en realidad con las aventuras erótico-parisinas del coreano.

El planteamiento de “Time” es tan interesante como descabellado y surrealista, tan alejado y cercano al mismo tiempo a argumentos visuales/narrativos ya utilizados por Hitchcock o Buñuel. Pero la historia se decanta muchas veces por el culebrón o entra en los terrenos del vodevil en su inicio con esos celos, escenitas en público y proposiciones indecentes.
Pero también está la parte interesante desde que se inicia el viaje a un quirófano y la desaparición. Es ahí donde el filme de Kim Ki-duk coge fondo: el del de un drama romántico atípico y original.
Hollywood con este mismo material realizaría un espectáculo baboso y edulcorado sobre el destino y la fuerza interior. Charlie Kaufman escribiría una nueva y bizarra “Olvídate de mí!” y Kim Ki-duk realiza un retrato desgarrador de la locura con mucha mala baba e ironía.

Como suele ser habitual en su filmografía destacan sus originales y llamativos planteamientos visuales. Algunos son tan preciosos que bordan el ridículo. Me explico: la imagen de los enamorados, ya sean solos o acompañados, en esa escultura de las manos fundiéndose en la playa simboliza muchas cosas y es preciosa. Pero lo de la marea, metáfora acertada del paso del tiempo, borda el ridículo. ¿¡Van a estar cinco horas ahí hasta que baje!?
También contiene una de las elipsis más divertidas (involuntariamente) de esta década en una original y brillante secuencia, construida sobre el montaje y la oscuridad. ¡Nunca en un apagado/encendido de luz dieron tiempo a hacer tantas cosas!

Pero el cine de Kim Ki-duk es así, historias de amor desgarradas (esta vez, a golpe de bisturí) con metáforas, mucha poesía y acertados planteamientos visuales. Y esta vez el interesante y cíclico desenlace denota pretensiones y mensajes mayores sobre nuestra sociedad de consumo y sus cambios no hormonales previa visita a un quirófano.
Maldito Bastardo
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