El problema de “Seduciendo a un extraño” es que es un filme erótico para televisión sin una triste secuencia de sexo. Bruce Willis después de enseñar el pito a toda la humanidad en la inefable “El color de la noche” seguramente dijo NO a las secuencias de sexo y Halle Berry después de la buena refriega escrotal de Billy Bob Thornton en “Monster's Ball” respondería lo mismo y menos si con ésta no le dan otra nominación a los premios de la academia o a los mejores efectos 'genitales' sonoros.

En resumen, un señor-truño para lucimiento de Willis y la Berry. Tiene de todo pero todo mal y lo peor de todo es que no sabe como acabar del todo. Y entre tanto todo y todo y tantos giros nadie sabe si la próxima secuencia va a ser más absurda que la anterior o todo, todo era así de absurdo.
Ejercicio de escasa seducción cinematográfica, de poca y paupérrima credibilidad y endeblez narrativa y con un ridículo final que huele a mascletá con fabada de oferta de dos por uno.
Además, sin colorantes y edulcorantes eróticos.