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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
7
Drama En Dakar, Diouana, analfabeta, es contratada por una pareja de blancos burgueses. Está encargada de ocuparse de los niños, una responsabilidad que la hace tener en cuenta por sus semejantes… Para agradecerle esta situación acomodada, Diouana le ofrece una máscara tradicional a su jefa. Por petición de sus patrones, Diouana acepta con júbilo acompañarlos a Antibes para las vacaciones. En Francia, las cosas cambian. Diouana se ve en la ... [+]
20 de febrero de 2011
23 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
La llevaron de Dakar a Francia para cuidar a los niños y la pusieron a fregar, a cocinar y a pasar la bayeta antes de que dejase la maleta en el suelo… ¡¡¡Y a hacer el café!!! Y, por supuesto, a que la den besitos en las mejillas las visitas…:

«Tranquilos es un animal… no entiende nada pero lo hace por instinto, como los animales…»

Ella lo hace de punta en blanco y con tacones con las esperanza de salir a ver las tiendas, pero serán la frutería y la tienda de ultramarinos. Y todavía queda lo peor: vienen los niños.

Desde Dakar (con amor) se acuerdan de ella:

«No te acuerdas de nosotros, no nos mandas dinero y te lo estas pasando bomba despilfarrándolo…»

Y encima es una desagradecida y una holgazana porque a veces la pobre no puede más. Ella calla pero entiende… y su explosión no será decirles las cuatro verdades a la cara ni un acto de rebeldía frente a la tiranía… será mucho mas doloroso y cruel (pero para ella lo pagará con su sangre… puro sacrificio).

Voz en off, estilo cuasidocumental (no importa las deficiencias de actuaciones), dos flashbacks y menos de una hora para contar una verdad universal que resuena desde milenios: antes los esclavos obedecían a latigazos… ahora a golpe de dinero y falsas esperanzas.
Por encima está la dignidad frente al vil metal…objeto con el que se compra una vida… y se seguirá comprando… y aunque la única amenaza sea la propia conciencia (metáfora del niño con la máscara persiguiendo al franchuten) se perderá una vez se cruce el puente entre el territorio extranjero y el civilizado.

Siempre pagan los mismos: ley de vida de un mundo injusto que ya contemplaban Ousmane Sembene y Diouna y que poco ha cambiado desde 1966.
Maldito Bastardo
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