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Sudán Sudán · Me la
Voto de hate:
2
Drama Crónica sobre las vicisitudes de los Essenbeck, una familia de la alta burguesía alemana propietaria de una importante empresa siderúrgica. La historia se extiende desde el incendio del Reichstag (1933) hasta la "Noche de los cuchillos largos" (1934), durante la cual tuvo lugar la matanza de los miembros de las SA. Tras la subida al poder del nacionalsocialismo, la familia discute qué posición debe adoptar respecto al nuevo régimen. ... [+]
1 de diciembre de 2016
6 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Visconti se supera una vez más. Cuando pensaba que no podía realizar ninguna obra más aburrida que El Gatopardo, La caída de los dioses me ha demostrado que, tristemente, estaba equivocado. Dos horazas y medias encerrado en el casoplón de los Essenbeck, una familia de pijos chulis que no han pegao un palo en su vida, conspirando y peleándose entre ellos en los primeros años del nazismo como contexto histórico, hablando y hablando mucho, entre comilona y comilona, sin que pase nada, o nada al menos que se nos muestre, en una horrorosa presentación de los personajes, que cuando más o menos ya has entendido quién es quién a la película le quedan 5 minutos. Sé que a las grandes mentes cinéfilas que nos rodean silenciosamente estos detalles no les dan importancia, pero a los que somos cortitos de entendederas necesitamos que se nos explique todo masticadito porque sino no nos enteramos de un mojón. Y si la presentación de los personajes, por inexistente, es mala, peor aún es su evolución, a lo que se suman unas dantescas interpretaciones, unos diálogos sinsentido que parecen sacados del tebeo (quiero creer que se deben a su nefasto doblaje en castellano) y una dirección paupérrima de Visconti que va encadenando un reguero de escenas sin descanso, muchas de ellas no se entiende qué nos quiere explicar tan ínclito autor, quizás sean mensajes arcanos que sólo las privilegiadas mentes que ven este film como una obra maestra comprenden, mención a parte del uso abusivo de un tembloroso y torpe zoom, que tan de moda se puso en los 70 en las películas eróticas francesas, demostrando que era para lo único que servía este recurso.

En lo único que estoy de acuerdo con Visconti es en su acertado retrato de los nazis como retrasados mentales y locazas. Visconti ha pasado a formar parte, por méritos propios, junto con Antonioni y Pasolini, del selecto club de grandes maestros italianos... grandes maestros del aburrimiento.
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