Hace 31 años del estreno de “Predator”, película que protagonizo Arnold Schwarzenegger, Carl Weathers y el propio Shane Black entre otros. Desde entonces nos han mostrado al alienígena en cuestión en cinco ocasiones a modo de precuela o secuela. Con mayor o menor acierto, la saga se ha caracterizado por ser cine palomitero de entretenimiento y con el tiempo se ha convertido en un icono más dentro de la cultura ochentera.

Llegado a este punto y analizando el producto del que he podido disfrutar, puedo decir que respetando la cinta original de 1987, esta es una digna sucesora con matices.

El comienzo recupera las mejores cualidades de la primera parte, acción, diversión y comedia desintencionada, pero la calidad de la película es irregular, firmaría una segunda mitad de la película al mismo nivel de la primera. El director y/o guionistas prolongan su desenlace en una agonía desesperante, provocando la aparición de situaciones absurdas y sin sentidos hasta que consiguen poner punto y final, tirando por tierra gran parte del trabajo previo.

Sin embargo no deja de ser una creación divertida, evasiva y entretenida . Probablemente sea una película de un visionado, pero no por ello es menos disfrutable.